Marina Estévez Torreblanca |
Madrid (EFE).- Cuando Marisa Paredes leyó el guion de la que sería su última película, ‘Emergency Exit’, la única condición que puso fue no morir en ella, cuenta a EFE su director, Lluís Miñarro, quien decidió entonces retocar la historia mágica, buñueliana y existencialista que se estrena este viernes en cines.
«Tres días antes de que muriera (el 17 de diciembre de 2024) tuve la intuición de presentarle la película en un primer montaje de imagen en bruto, sin música. Me invitó a un cocido en su casa y hasta me eché la siesta. Todo muy sencillo y agradable», ha explicado a EFE el director de ‘Love me not’ y ‘Stella Cadente’, que reconoce que se le ponen «los pelos de punta» al pensar en los «juegos caprichosos del destino».
Según explica, pese a que la narración está plagada de momentos que suenan a despedida de la actriz nacida en Madrid en 1946 y fallecida de manera inesperada de un infarto, todo estaba ya en el montaje inicial, a excepción de una última escena que ahora aparece en los títulos de crédito, en la que ella lee en el periódico una noticia importante para la trama.
Despedida artística
Así, Paredes (‘La flor de mi secreto’) se despide artísticamente en esta ‘road movie’ coral que se mueve en el territorio del realismo mágico para explorar la dicotomía entre sueño y realidad, vida y muerte, con un tono guiado por la ironía y el absurdo y ‘El ángel exterminador’, de Luis Buñuel, a modo de referencia principal.

Como en la obra maestra del cine surrealista, los personajes están atrapados, en este caso en un extraño autobús en el que viajan, reflexionan, sueñan y dialogan pasajeros como Emma Suárez (‘Julieta’), Oriol Pla (‘Yo, adicto’), Albert Pla (‘La mesías’), Francesc Orella (‘Merlí’), Gonzalo Cunill (‘Dúo’), Aida Folch (‘Amar es para siempre’), Arielle Dombasle (‘Pauline en la playa’), Myriam Mézières (‘Flores de sangre’) y la japonesa Naomi Kawase (‘Aguas tranquilas’).
Se trata de una película hecha «desde la artesanía y la libertad creativa», dice su director, que explora varios mundos, entre ellos cómo el deseo moviliza -personificado en ‘Eros’, el modelo brasileño Jhonattan Burjack- o «la poca distancia que hay entre vida y muerte o entre sueño y realidad», añade.
Albert Pla
Otra línea que analiza la película es el proceso creativo a través del director de cine que interpreta Albert Pla, y que Miñarro (Barcelona, 1949) reconoce parcialmente como su ‘alter ego’.
Este hosco personaje pronuncia frases como «el cine no es un buen negocio, pero es la manera más elegante de perder dinero» o «es la forma más interesante de expresar que estás vivo, aunque sea para cines apagados».
Unas ideas que se aplican a la propia película en una suerte de reflexión metacinematográfica en la que abunda el director: «Estas propuestas no tienen el circuito de espectadores que tenían antes, por temas de exhibición y distribución. Pero lo cierto es que deben hacerse porque forman parte del pensamiento crítico y de la diversidad de contenidos», defiende.

Por eso, él mismo ha sido también productor de cine independiente de directores como José Luis Guerin, Marc Recha, Apichatpong Weerasethakul y Manoel de Oliveira, entre muchos otros, y con su productora Eddie Saeta financió las primeras películas de Albert Serra.
Autores que a menudo rompen las barreras lineales de la narrativa, el tiempo y el espacio. «La vida no es tan previsible como nos parece», defiende Miñarro, que prefiere aprovechar la oportunidad que ofrece el cine de «apuntar al territorio de los sueños» y mostrar una «realidad permeable» y misteriosa como la que muestra en su última película.