Martí Puig i Leonardi |
Barcelona (EFE).- Nunca hasta este jueves un maquinista español había pilotado un tren más allá de Perpiñán ni Renfe había operado en solitario en Francia, un hito que no se han perdido un puñado de apasionados del ferrocarril que han hecho el viaje inaugural de la nueva ruta que enlaza Barcelona con Lyon.
El convoy, de la marca AVE, ha partido puntual, a las 8.22 horas, y debe llegar a Lyon a las 13.20 horas. Volverá a ponerse en marcha a las 14.30 horas y acabará su camino en la capital catalana a las 19.32 horas. Entre medias, habrá parado en Girona, Figueres, Perpiñán, Narbona, Béziers, Montpellier, Nimes y Valence.
Con una capacidad para unos 330 pasajeros, el primer viaje de esta ruta ha contado con 240 personas a bordo, entre ellas un grupo de periodistas y unos cuantos enamorados del tren.
El interior del convoy deja a las claras que la aventura francesa de Renfe no se limita a Lyon: el 28 de este mes se pondrá en marcha la conexión entre Madrid y Marsella, y para el verano de 2024 el operador ambiciona llegar a París desde Barcelona.

De ahí el mensaje inscrito en las paredes, rodeado de fotografías icónicas del Tour de Francia procedentes del archivo de EFE: “Etapa reina, objetivo París”.
La ilusión de los maquinistas
Ricard Codina y Alberto Langarita son dos de los cuatro maquinistas encargados de pilotar este tren en el día de su estreno. Langarita ha tenido el privilegio de ser el primer maquinista español en ir más allá de Perpiñán, mientras que Codina será el primero en hacer el último tramo del viaje de vuelta.
Explica Codina, una vez pasado el túnel de El Pertús, lo diferente que es conducir en un país o en otro: si en la aviación los códigos son internacionales y el inglés lengua común, en el caso del tren toca conocer el idioma del país a la perfección y adaptarse a los protocolos y sistemas de seguridad existentes (en Francia, por ejemplo, todavía no han adoptado plenamente el sistema europeo ERTMS).
También da detalles de la operativa: de Barcelona a Girona se puede circular a un máximo 200 kilómetros por hora, porque la vía se comparte con trenes de mercancías; de Perpiñán a Nimes el ancho de vía convencional obliga a circular a 160 kilómetros por hora; y en el resto de tramos sí se llegan a alcanzar los 300 kilómetros por hora.

Lo primero lo corrobora Robert Gurt, maquinista de Renfe de trenes de mercancías acompañado por otros dos colegas de profesión: él no ha tenido la oportunidad de ir más allá de Perpiñán y no quería perderse la ocasión en la que un compañero sí superaba ese destino.
Unos vagones más allá, tras cerrarse las puertas en la estación de Perpiñán, Sergio Berzosa, que hace funciones de auxiliar de tren, informa de que, una vez cruzada la frontera, le toca asumir una función más: la de pedir el billete a quienes suben al tren, pues en muchas estaciones francesas solo existe un control de seguridad pero no la habitual validación del pasaje que sí se da en España.
El regalo de cumpleaños de Joan
Óscar, de 6 años, Víctor, de 7, y Sofía, de 9, tenían ganas de viajar en tren y de visitar el extranjero, de modo que a Eva Martínez, la madre de los tres pequeños, se le encendió la luz: regalemos a Joan Velázquez, el padre, un día en Perpiñán aprovechando la ocasión.
La pasión familiar por el ferrocarril viene del abuelo Luis, que se pasa horas en el garaje de su casa montando dos maquetas de tren con la inestimable ayuda de los pequeños. A su vez, Luis debe su amor por el ferrocarril a su abuelo, que años atrás fue jefe de estación en Alcázar de San Juan, en Ciudad Real.
Como que el día iba de trenes, la familia se ha despertado a las 6.30 para acercarse desde Matadepera a Terrassa a coger el Ferrocarril de la Generalitat (FGC). Luego ha tocado ir de Plaza Cataluña a Sants y de Sants a Perpiñán, donde tras un buen manjar espera el camino de vuelta. Pas mal.
El viaje de Renfe tras su divorcio con SNCF
La aventura francesa de Renfe no es nueva, pero sí lo es su experiencia en solitario en el país galo.
Hasta finales de 2022 Renfe explotaba con Elipsos, una sociedad conjunta con la ferroviaria pública francesa SNCF, las tres líneas de alta velocidad entre ambos países: Barcelona-París, Barcelona-Lyon y Madrid-Marsella. Entonces, los maquinistas españoles pilotaban hasta Perpiñán y pasaban ahí el testigo a sus colegas franceses.
Pero el matrimonio llegó a su fin cuando SNCF decidió, de modo unilateral, romper la sociedad conjunta para comenzar a prestar el servicio entre Barcelona y París en solitario desde el 11 de diciembre de 2022.
Tras esta ruptura, y una vez conseguidos los oportunos permisos y acreditaciones de las autoridades francesas en diciembre de 2022, además de la formación del personal, Renfe se ha estrenado en un país que se ha demostrado más restrictivo que España para los operadores extranjeros.
De hecho, España reclama desde hace tiempo reciprocidad al resto de los países de la Unión Europea a la hora de dar entrada a terceros operadores y califica de injustificables los obstáculos a la liberalización en algunos de ellos.