Peajes viales eficientes, restricciones en la entrada de vehículos a las ciudades o inversiones en transportes sostenibles son algunas de las recomendaciones de la OCDE para descarbonizar el sector. EFE/Marta Pérez

La OCDE pide tarificación vial, cobros por congestión y restringir las entradas a las ciudades

Madrid (EFE).- Una tarificación vial eficiente, cobros por congestión de la carretera, restricciones en las entradas a las ciudades e inversiones en modos de transporte sostenibles son algunas de las opciones que maneja la OCDE para descarbonizar el sector, porque los compromisos actuales son “insuficientes”.

El International Transport Forum (ITF), un organismo integrado en la OCDE que publica su informe sobre perspectivas cada dos años, plantea dos escenarios: el de “ambición actual”, que define la evolución del sector en las próximas décadas si se mantienen las políticas -con lo que se incumplirán los objetivos del Acuerdo de París- y el de “alta ambición”, con plazos más acelerados.

Peajes

Señala que la tarificación (peajes) puede fomentar la eficiencia y aumentar el uso del ferrocarril y apunta que el cobro por congestión ayudará a reducir el uso de la carretera.

Al tiempo, defiende establecer incentivos e introducir restricciones de acceso a las ciudades a los vehículos de altas emisiones.
Pide más decisión en las políticas, sobre todo para incentivar los vehículos más limpios y el transporte público, así como la transición a combustibles más sostenibles para los desplazamientos de largo radio aéreos y marítimos, ya que estos últimos “no se descarbonizarán de la noche a la mañana”.

DESCARBONIZACION
Salida de humo por el tubo de escape de un coche en Colonia, Alemania. EFE/Alexander Ruesche

Entiende que la descarbonización del transporte urbano es más fácil si se incentivan adecuadamente el transporte público y los modos no motorizados (caminar y la bicicleta, entre otros) y se introducen puntos de recogida de paquetes que limitarían los movimientos de reparto en las ciudades.

Con políticas más decididas, la participación de los vehículos privados motorizados en las zonas urbanas se reducirá del 49 % en 2019 al 36 % en 2050.

Combustibles sostenibles y asequibles para la aviación

Fuera de las zonas urbanas, el ferrocarril alcanza una mayor participación modal, aunque en torno al 50 % de los desplazamientos regionales seguirán realizándose en coche en 2050, incluso con políticas ambiciosas.

En el caso del transporte por carretera y ferrocarril, el informe resalta que las tecnologías con bajas y cero emisiones de carbono requieren un despliegue a gran escala.

En los sectores marítimo y aéreo, el desarrollo de combustibles sostenibles y asequibles en cantidades suficientes será crucial para la descarbonización a largo plazo, explica.

Aviación

Los viajes internacionales e interurbanos dependen de modos de transporte intensivos en carbono. La aviación por sí sola representa casi la mitad (47 %) de los pasajeros-kilómetro internacionales e interurbanos.

Este segmento es especialmente difícil de descarbonizar, por el elevado coste de la reducción de emisiones y porque el ritmo de las mejoras tecnológicas es lento, de modo que para que sea más sostenible sin reducir los desplazamientos será necesario recortar la intensidad de carbono del viaje.

En este ámbito, las políticas públicas deben garantizar que las tecnologías y los combustibles con bajas o nulas emisiones de carbono se amplíen hasta ser competitivos en costos.

“Algunos países pueden tener la expectativa de que los desplazamientos regionales e interurbanos de corta distancia y los viajes internacionales se deriven hacia el ferrocarril”, dice el ITF, que insta a perseguir este objetivo “siempre que sea factible”.

Sin embargo, esas políticas tendrán poco impacto en los viajes de larga distancia, ya que pocos desplazamientos aéreos de largo radio pueden sustituirse eficazmente por el ferrocarril. La opción en este caso es la transición a vehículos y combustibles con menos emisiones.

Sin perjudicar a las rentas más bajas

Para 2050 la demanda de pasajeros aumentará un 79 % y la de mercancías se duplicará en el escenario actual, mientras que en la hipótesis más ambiciosa los aumentos equivalentes serán del 65 % y el 59 %, derivado del crecimiento de la economía y de la población.

Las distorsiones en los mercados energéticos y las tensiones de precios complican los esfuerzos por descarbonizar el transporte, según los redactores del informe, que constatan que, aunque ha habido avances, las emisiones no disminuirán con la suficiente rapidez en los próximos años para cumplir los objetivos climáticos.

Por ello, lograr la descarbonización del sector del transporte exigirá una mayor ambición política, cooperación internacional y objetivos más ambiciosos, pero los incentivos al uso de vehículos con cero emisiones no deben perjudicar a los ciudadanos con rentas más bajas.

Para maximizar el ahorro de emisiones

Para maximizar el ahorro de emisiones, las políticas deben dar prioridad a los combustibles alternativos y desplegar infraestructuras públicas de recarga, así como usar medidas de asignación de precios al carbono que mejoren la viabilidad comercial de los combustibles alternativos.

El ITF considera que las políticas de transporte no deben guiarse por la demanda sino por una visión que apoye el cambio hacia modos con mayores factores de ocupación o carga, un enfoque que podría ahorrar a los gobiernos de todo el mundo 4 billones de dólares (3,7 billones de euros) en mantenimiento e inversión en carreteras.

La descarbonización exige una inversión significativa, entre las que la OCDE cita la red de puntos de carga para la electrificación de las flotas. En el escenario de “alta ambición”, esta red requerirá inversiones adicionales equivalentes al 0,4 % del producto interior bruto mundial.

La asignación de precios al carbono puede fomentar el desplazamiento de las flotas más intensivas en carbono y hacer que los combustibles bajos en carbono sean más competitivos en términos de costes.