Participantes en la manifestación del 8M de Madrid. EFE/ Rodrigo Jiménez

El 8M en 8 historias: mujeres anónimas que construyen el cambio

Laura de Grado | Cristina Bazán | Ane Amondarain | Carmen Sigüenza | Macarena Baena

Madrid (EFE).- Miles de mujeres anónimas trabajan cada día desde distintas partes del mundo para mejorar la vida de otros tantos miles de personas y visibilizar y denunciar las desigualdades y discriminaciones que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo.

Cuando se celebra el 8M, Día Internacional de la Mujer, Efeminista -portal de la agencia EFE especializado en feminismo- recopila la historia de ocho mujeres increíbles, como María del Carmen, quien lucha por mejorar la vida de las presas, los jóvenes o las personas migrantes; la de Flavia, para que las mujeres tengan el espacio que les corresponde en la política; la de Aura, por conseguir la independencia económica de las indígenas; o la de Erika, por hacerse un hueco y ser referente para miles de jóvenes en el masculinizado mundo del freestyle.

Junto a ellas, las vidas de María Cristina acompañando a mujeres a abortar en lugares donde no se respetan los derechos de las mujeres; las de Lola y Costa Badía, peleando cada día para visibilizar los problemas a los que se enfrentan las mujeres con discapacidad en espacios como el cine o el arte; o la de Verónica que, con su trabajo y ejemplo, reivindica que la sostenibilidad social y medioambiental será feminista o no será.

María del Carmen Alonso, Madres Unidas contra la Droga

Han pasado ya más de 40 años desde que María del Carmen Alonso Martínez entregó su vida a la lucha social vinculada a denunciar el problema de las drogas, las condiciones en las cárceles o la situación de las personas migrantes.

Llegó a Madrid con 17 años, pero no fue hasta que uno de sus cuatro hijos empezó la catequesis, cuando aterrizó en la parroquia San Carlos Borromeo, en Entrevías, y se empezó a interesar por los temas que ahí se hablaban: la situación en las cárceles, la droga, la corrupción y la delincuencia. Se unió a un grupo de madres “muy luchadoras”, con quienes se organizó en la asociación Madres Unidas contra la Droga.

Desde ahí denunciaron la corrupción en las comisarías, visibilizaron el problema de la droga viajando por toda España, consiguieron indultos para que los jóvenes encarcelados que iban a morir por síndrome de inmunodeficiencia adquirida pudieran hacerlo “en su casa dignamente”, y frente a la cultura de la represión y el castigo, ellas defendieron las medidas sociales y el cariño.

Flavia Freidenberg, Red de Politólogas

Durante muchos años, la investigadora argentina Flavia Freidenberg no percibió que las mujeres vivieran desigualdades en la academia, pero no porque no existieran, confiesa, sino porque “tenía un gran velo” sobre sus ojos.

Hasta que un día, asentada en México para estudiar la representación política de las mujeres, el comentario de un amigo sobre la ausencia de expertas en un panel le quitó ese velo. “En ese momento agarro mi Twitter y escribo: Hoy vamos a comenzar una acción cívica. Si ves un ‘Manel’, es decir, un panel solo de hombres, si escuchas un programa de radio, si estás ante la televisión y ves un programa donde solo se citan hombres, si vas a una conferencia y solo ves que están hombres, tómale una foto, súbelo a la red y usa el hashtag #NoSinMujeres”.

Así empezó a gestarse la Red de Politólogas, un proyecto “de mujeres en su diversidad”, que vio la luz en 2016 y está compuesto por más de 800 especialistas que viven o trabajan en temas sobre América Latina. La Red se encarga de visibilizar el trabajo que ellas hacen y las desigualdades que viven las expertas en una disciplina históricamente liderada por hombres.

Aura Melba, lideresa indígena

La autonomía económica de las mujeres fue siempre la bandera de lucha de la lideresa indígena Awá Aura Melba López. Tras años de trabajo de campo en su natal Barbacoas, Colombia, la eligieron como gobernadora -autoridad pública que representa a la comunidad- del resguardo Nunalbí Alto Ulbí en el municipio de Barbacoas, Nariño, y a pesar de su autoridad, sufrió discriminación.

Pese a ello, López trabajó duro por la unidad y la cultura del pueblo awá y apostó por el fortalecimiento del gobierno propio. Fue reelegida 7 años consecutivos.

En esa labor se dio cuenta de que las mujeres estaban siendo “consumidoras y no productoras”, que no tenían “ingresos económicos propios” y vio la necesidad de apropiarse del proceso productivo. Así que se formó y junto a una socia y un socio pusieron en marcha la Asociación Granja Agrícola y Pecuaria El Maíz: cinco años después 18 mujeres y 3 hombres participan en este proyecto de empoderación.

Erika Dos Santos, referente de freestyle en España

Ser pionera no ha sido fácil para la rapera madrileña Erika Dos Santos. Durante mucho tiempo se sintió “insegura” e “infravalorada”, pues había asumido que las mujeres no podían participar en los espacios de freestyle, pero cuando vio a la catalana Jess participar en una batalla el mundo le cambió.

Ahora es ella, una de las primeras mujeres, junto con la también rapera Sara Socas, en pasar a una semifinal de la Batalla Red Bull en 2019, quien intenta aplanar el camino y poner “el pie en la puerta” para otras mujeres que quieran ingresar y ascender a este mundo.

Su primera batalla la ganó en el plano de lo simbólico, cuando durante su segunda Red Bull, en 2017, fue la primera mujer en pasar de ronda y llegar hasta la prueba que recibía el nombre de ‘El último hombre’. Con la presencia de Erika, la organización decidió cambiar la denominación a ‘La última oportunidad’. En la actualidad imparte talleres de rap en colegios, en centros de menores, en su barrio… convencida del poder de la métrica y la rima como herramienta de transformación social.

María Cristina Campos, acompañante de abortos

Aunque la lucha feminista por la autonomía del cuerpo ha ganado terreno en América Latina y la marea verde se ha extendido a varios países, muchas niñas, adolescentes, mujeres y otras personas gestantes que abortan siguen cargando con el peso del estigma que existe en la sociedad. Por eso el trabajo de la psicóloga chilena María Cristina Campos, quien trabaja en temas de aborto desde hace 10 años, es vital en este proceso.

Campos es parte de la red de acompañamiento de abortos “Con las amigas y en la casa”, la más grande de Chile, pero también forma parte de la Red Compañera – Red feminista latinoamericana y caribeña de acompañantes de abortos, que reúne a 23 movimientos en 17 países de la región.

El acompañamiento que hacen las redes en toda la región es vital, pero particularmente importante en países donde el aborto está totalmente penalizado, como en muchos de Centroamérica. “Lugares donde las acompañantes no pueden decir que son acompañantes porque son perseguidas y encarceladas. Sin embargo, estamos ahí levantando estrategias que les permitan seguir siendo acompañantes y seguir haciendo abortos”.

Lola Robles, actriz invidente

Visibilidad y mayor representación en el ámbito audiovisual son dos de las reivindicaciones que hace la actriz Lola Robles, con discapacidad visual, tras su experiencia y recorrido en el mundo de las artes.

Robles descubrió hace trece años la existencia de un grupo de teatro y le gustó tanto que decidió estudiar arte dramático en una academia. “Iba con mi perro guía y con mi ilusión llamando a las puertas de diferentes escuelas de teatro y me echaron de tres”, declara.

Pero ese rechazo no impidió que siguiera en la búsqueda de su sueño. Finalmente la aceptaron en la escuela El Almadén, de Jordi David Cataluña, y allí estuvo aprendiendo durante tres años. La actriz quisiera que se derrumbaran los estereotipos que hay alrededor de las personas con discapacidad y que se hablara más de, por ejemplo, la violencia machista que sufren las mujeres. Además que se creen más referentes, para que los niños y niñas con discapacidad se den cuenta que también pueden alcanzar los sueños que desean.

Verónica Sánchez, emprendedora rural

“La sostenibilidad social y medioambiental y el mundo rural será feminista o no será”. Así lo asegura la educadora social y antropóloga de formación Verónica Sánchez, quien fundó, junto a un grupo de amistades, la cooperativa de alimentación sostenible Kikiricoop con el objetivo de transformar la forma de producir hacia “mayor sostenibilidad y justicia social”.

Dentro de la cooperativa han apostado por poner la vida y los cuidados en el centro, aunque eso suponga tener menos ingresos. Y han introducido “la perspectiva feminista a la hora de integrar los trabajos reproductivos en el trabajo de la cooperativa”, explica.

Uno de los proyectos que destaca es “turno de niños”, que permite que cada día una persona de la cooperativa cuide a los menores a cargo y que esas horas se coticen y cobren como laborales, igual que otras tareas como cocinar o hacer facturas.

Costa Badía, artista con discapacidad funcional

Las mujeres con discapacidad se enfrentan a la doble discriminación de una sociedad que las juzga, rechaza e invisibiliza. La artista y mediadora cultural Costa Badía lo sabe bien, y por eso reivindica su discapacidad funcional y lucha para que a las mujeres con discapacidad se les dé el lugar que merecen.

Badía, graduada en Bellas Artes, asegura que a las mujeres con discapacidad no se las ve como mujeres. “A menudo se habla de personas con discapacidad, pero sin diferenciar género y eso es algo que también me parece complejo. Que yo sepa no hay estudios por género. ¿Qué estudios tienen los hombres con discapacidad o las mujeres? Hay estudios de personas con discapacidad en general, y, obviamente, a las mujeres con discapacidad nos atraviesa el hecho de ser mujer, pero la sociedad parece que nos invisibiliza”.