Alberto Santacruz |
Mérida (EFE).- El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha asegurado tener “un cabreo permanente” por las condiciones del transporte ferroviario en esta comunidad autónoma, “y el Gobierno lo sabe, pues es una puñetera vergüenza”.
“El cabreo lo tengo muy interiorizado. Es un cabreo permanente”, ha reiterado el jefe del Ejecutivo en una entrevista concedida a EFE en la que ha analizado tanto esta legislatura que ya finaliza como las claves que deben marcar el futuro de la región.
Aunque el Gobierno central ha invertido 1.700 millones de euros en la red ferroviaria extremeña de altas prestaciones y ha mejorado la red convencional, Extremadura es consciente de que aún faltan algunos años para completar la línea AVE hasta Madrid, al margen de las incidencias que se registran en el servicio ferroviario.
Frente a quienes le acusan de no ser muy reivindicativo con el Gobierno central, como ha criticado el PP, Fernández Vara ha apuntado que frente al “puñetazo encima de la mesa”, que es como se hacían las cosas -ha añadido- a finales del siglo XX, está “el trabajo y el esfuerzo diario”.
“Lo fácil es ponerte delante de un micro y dar voces. Otra cosa es levantarte a primera hora de la mañana, marcharte a Madrid y no volver hasta que has resuelto el problema”, ha agregado. Un actitud que a Extremadura, a modo de ejemplo, le ha permitido recibir 300 de los 750 millones de euros del Fondo de Ayudas para la Inversión Productiva 2022 para todo el territorio nacional.
A su juicio, “la reivindicación” actual es “dinero para la inversión, que es lo que genera empleo, buenos salarios y buenas pensiones el día de mañana”.
Al margen del transporte ferroviario, Fernández Vara ha reconocido que los momentos más difíciles en esta legislatura fueron cuando la Covid-19 se llevaba la vida de una veintena de personas al día en esta comunidad autónoma. “Tengo una secuela traumática de aquello; estar al frente de una región en la que está muriendo gente todos los días….no te recuperas”, ha agregado.
“Hubo momentos en que sinceramente me lo planteé (…) yo no podía estar al 100 % al frente de una comunidad autónoma si estaba tan afectado anímicamente”, ha reconocido al ser preguntado por si en algún momento pensó en dar un paso al lado.
“El tiempo ayuda y permite recuperarte… cuando vi que estaba en perfectas condiciones para asumir todas las responsabilidades decidí continuar”, ha apuntado.
Durante la entrevista, Fernández Vara ha puesto en valor el importante número de proyectos empresariales que han llegado a Extremadura en los últimos años, como la gigafactoría de baterías de Navalmoral de la Mata, la fábrica de diamantes para uso como semiconductores en Trujillo y los nuevos alojamientos turísticos de alta gama, entre otros.
Aunque ha indicado que entre 2017 y 2019 empezaron a llegar proyectos a esta comunidad autónoma “a un ritmo diferente” al registrado hasta entonces, Fernández Vara considera que la pandemia “lo aceleró todo” y que la guerra en Ucrania, uno de cuyos trasfondos es el energético, “lo ha precipitado todo”.
El foco está, según ha remarcado, en la producción de energía limpia y en la industria verde, y “Extremadura se ha situado como un refrente para muchas empresas”, pues dispone de potencial solar, agua (la región con más capacidad para embalsar agua) y “la legislación más vanguardista de España en simplificación administrativa”.
“No vienen -las empresas- por casualidad. Buscan energías más baratas y nosotros nos comprometemos a que tengan los papeles en cinco meses”. “Estamos en una fase en la que están llegando proyectos de fabricación de componentes para el sector energético”, y en el campo del hidrógeno”, ha agregado.
Por todo ello, Fernández Vara entiende que esta debe ser “la apuesta de Extremadura para los próximos cuatros años”, entre otros motivos para que “el futuro de esta tierra no dependa de la buena voluntad de los demás hacia nosotros, que nuestro futuro dependa de nosotros”.
Asimismo, reconoce que la educación desde un prisma laboral, como es la Formación Profesional (FP), tanto la reglada como la no reglada, debe jugar un papel fundamental a la hora de dar respuesta al nuevo modelo productivo.
“Hay empresas que lo primero que preguntan no es el dinero (ayudas) que les vamos dar, es si tenemos profesionales suficientes” en determinadas especialidades”.