Dos personas pasean por la playa Marenys en Tavernes de la Valldigna, donde este martes fallecieron dos hombres y una mujer. EFE/Natxo Francés

El verano trágico por el número de ahogamientos pone el foco en la falta de socorristas y precariedad

Jose F. Sánchez |

Madrid (EFE).- Este verano va camino de ser uno de los más trágicos de los últimos años en los espacios acuáticos del país con 57 fallecidos por ahogamiento en junio y 65 en lo que va de julio, una alarmante situación que se acentúa por la “falta de personal” y la “precariedad” que denuncian los socorristas.

El pasado junio marcó el segundo peor dato de ahogamientos mortales en ese mes desde el año 2015, mientras que la cifra total de víctimas este año ya alcanza las 238 (197 hombres y 41 mujeres), 16 más que las contabilizadas el 31 de julio de 2022, según datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

Entre ellas se encuentran las tres personas del mismo grupo, dos hombres de 60 años y una mujer de 45, que perdieron la vida el pasado martes en la playa dels Marenys en Tavernes de la Valldigna, en Valencia.

Al día siguiente, fue un joven de unos 25 años quien se ahogó en la playa del Miracle de Tarragona a las 19.22 horas, 22 minutos después de que los socorristas terminasen su servicio de vigilancia de los bañistas.

Vista general de la playa Marenys en Tavernes de la Valldigna.
Vista general de la playa Marenys en Tavernes de la Valldigna. EFE/Natxo Francés

La ausencia de personal de salvamento en determinados horarios, como a primera hora de la mañana o última de la tarde, es una de las consecuencias de la “precariedad” y la “falta de personal” que, en declaraciones a EFE, denuncian algunos profesionales del sector.

Entre ellos se encuentra el presidente de la Fundación Salvamento y Socorrismo, Felix Luy, quien para el caso de las playas reclama a las administraciones una mayor dotación de recursos para que un sólo socorrista no tenga que cubrir “200 metros mar adentro, 500 a la derecha y otros 500 a la izquierda”.

En el mismo sentido, rechaza que en las playas más concurridas, como las dotadas con la bandera azul, el horario de vigilancia de los socorristas comience más allá de las 10.00 horas.

Para el caso de las piscinas, donde han fallecido varios menores este verano, recalca que el socorrista debe de estar ubicado “cerca del borde” y con “total visibilidad del fondo de la piscina”, ya que así el tiempo de reacción reduce “casi por completo” el riesgo de ahogamiento en estas instalaciones.

Responsabilidad de los bañistas

Las empresas con servicios de socorrismo y salvamento son contratadas por las administraciones públicas, mayoritariamente por los ayuntamientos, para la vigilancia de playas y otros medios de agua, aunque también trabajan con entidades privadas en piscinas y parques acuáticos.

Jorge Natera es el responsable de la empresa Costa Sur de Málaga y coincide con Felix Luy en el diagnóstico sobre la precariedad del sector y la falta de personal.

No obstante, afirma que la “irresponsabilidad” y la “falta de concienciación” de algunos bañistas es otro factor que probablemente haya ocasionado el incremento de los ahogamientos mortales tras la pandemia.

Un socorrista de la Cruz Roja señaliza la zona de baño en el arenal de la playa de la Zurriola de San Sebastián.
Un socorrista de la Cruz Roja señaliza la zona de baño en el arenal de la playa de la Zurriola de San Sebastián. EFE/Juan Herrero.

Destaca el “caso omiso” a las banderas y a los socorristas, por lo que propone un endurecimiento de las sanciones administrativas a quienes incumplan la normativa, aunque antes apuesta por una labor de concienciación que su empresa ya está poniendo en práctica en el litoral malagueño.

Poner freno a los ahogamientos

Ante la grave situación de los ahogamientos en España, en Grupo de Socorrismo de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) elaboró un informe con varias recomendaciones, entre las que resalta la inclusión en la enseñanza obligatoria de una formación básica sobre seguridad acuática, así como sobre primeros auxilios.

También piden que las piscinas y otras instalaciones acuáticas públicas y privadas sigan un “plan de revisión y mantenimiento adecuado”.

Por su parte, el Consejo General de Enfermería (CGE), ante el aumento de las muertes por ahogamiento, ha redactado un decálogo de consejos dirigido especialmente a los bañistas, a quienes estos profesionales sanitarios instan a evitar comidas copiosas, el alcohol o tirarse de cabeza, además de elegir lugares acuáticos vigilados.