El presidente de Vox, Santiago Abascal. EFE/Mariscal/Archivo

Vox pugna con el PP para no perder protagonismo en la calle

Belén Gil Orantos

Madrid (EFE).- Una vez asumida la posible investidura de Pedro Sánchez, el PP se encamina hacia una oposición contundente en todos los escenarios mientras busca el equilibrio con Vox para mantener el poder territorial y, al tiempo, diferenciarse de los de Santiago Abascal en un complicado juego de malabares. En la calle comienza la partida.

“Es evidente que no quiero gobernar con Vox”, decía este miércoles el líder de los populares para admitir acto seguido que recurrirá a Santiago Abascal, si le necesita para llegar al Gobierno.

Una meta que Feijóo no tiene más remedio que aplazar después de su investidura fallida y del posterior encargo del rey a Sánchez para que sea él quien intente ahora hacerse con el respaldo del Congreso.

A la espera de que se despeje la incógnita de si el presidente en funciones logrará reunir los apoyos suficientes antes de la fecha tope del 27 de noviembre o, bien, hay nuevas elecciones el 14 de enero, PP y Vox han comenzado a afanarse para controlar la oposición desde la calle.

La ventaja de Feijóo

Una pugna en la que el PP parte con la ventaja de su éxito en la masiva manifestación del 24 de septiembre en Madrid contra la amnistía para el independentismo catalán, una apuesta arriesgada que le salió bien: entre 40.000 y 60.000 personas acudieron a la avenida de Felipe II.

Dos días antes de intentar su investidura, que se ya se sospechaba fallida, Feijóo exhibía liderazgo ante el partido y frente a un posible nuevo gobierno de Sánchez avalado por los separatistas.

Y además conseguía dejar fuera de plano a Abascal, que rehusó sumarse a la protesta por considerarla partidista. Le arrebataba de un plumazo el poder de convocatoria del que presumía en cada protesta, mitin o acto que organizaba, incluso desde antes de su irrupción en la escena política.

Vox se resiste a perder y llama a la movilización

Pero Abascal se resiste a perder y, ya asimilada su significativa bajada de votos y la consiguiente incapacidad numérica para acaparar protagonismo desde el parlamento y los tribunales, le queda una tercera vía: monopolizar la calle con una “movilización permanente”.

Movilización que persigue ilegalizar a los partidos separatistas para garantizar la unidad de España, según explicó este lunes tras reunirse con el rey en la segunda ronda de consultas del monarca para proponer una candidato a la Presidencia del Gobierno.

El líder de Vox, Santiago Abascal.
El líder de Vox, Santiago Abascal. EFE/Daniel González/Archivo

La batalla contra el independentismo ya le propició buenos réditos en sus primeros éxitos electorales de 2018, justo un año después del referéndum ilegal de independencia de Cataluña, y de 2019, hasta superar el medio centenar de escaños en el Congreso.

Ahora con 33 necesita no quedar rezagado y ya ha puesto en marcha la maquinaria sabiendo que su futuro pasa por Cataluña.

PP y Vox coinciden en Barcelona

Vox ha acudido a la manifestación contra la amnistía convocada por Sociedad Civil Catalana en Barcelona y su líder, Santiago Abascal, ha subrayado que era “imprescindible volver hoy a Barcelona para apoyar a todos los catalanes que están sufriendo y los españoles que están inquietos ante lo que está sucediendo”.

También ha estado en la capital catalana Feijóo junto a la mayoría de sus dirigentes regionales y miembros de la dirección nacional del partido.

El presidente de Vox encabezará además el 29 de octubre la manifestación convocada por la Fundación Denaes (para la Defensa de la Nación Española), fundada por el propio Abascal en 2006 y embrión del partido.

Bajo el lema “¡No a la amnistía!, ¡no al golpe de Sánchez!”, Denaes llama a la sociedad civil y a los partidos constitucionales a acudir a la madrileña plaza Colón, fetiche de Vox y escenario de sus victorias.