Ávila (EFE).- Un bombero forestal de 58 años perteneciente a la Mancomunidad de los Galayos (Ávila) ha fallecido en un accidente de tráfico con su vehículo particular cuando se dirigía desde su localidad de residencia en El Arenal a la base en El Hornillo para sumarse a las labores de extinción del incendio en esta zona, según han informado a EFE fuentes de esta Mancomunidad.
El fallecido era un manguerista y, por motivos que están siendo investigados, perdió el control de su vehículo y cayó en un arroyo, de donde fue rescatado.
Según las primeras investigaciones, el accidente ocurrió poco antes de las doce de este pasada noche aunque no ha sido hasta las siete y media de esta mañana cuando una llamada al 112 ha alertado del siniestro.

En el lugar del accidente, el personal sanitario desplazado junto a una unidad móvil solo ha podido confirmar el fallecimiento del hombre.
Según han indicado a EFE fuentes de la Mancomunidad de los Galayos, al parecer este martes era su día libre pero acudió a las labores de extinción para sustituir a otro compañero y ante la magnitud del incendio.
El incendio se complica cada vez más
El incendio sigue avanzando debido al viento, la orografía y el combustible y, según su director técnico de extinción, Ángel Iglesias, encara las horas «más complicadas» de la jornada.
Muy pendiente de la evolución del #IFMontbeltrán en #Ávila, con viento muy fuerte. Un amplio operativo trabaja en la zona desde que se declaró esta noche el incendio.
— Alfonso F. Mañueco (@alferma1) July 28, 2025
Gracias a quienes luchan sin descanso contra el fuego. Desde la @jcyl vamos a poner todos los medios para su… pic.twitter.com/KlhVNG2kcF
Iglesias ha reconocido a los periodistas que la situación es bastante difícil para un dispositivo que supera ampliamente las 300 personas y que cuenta con numerosos medios, entre los que destacan dieciséis aéreos, para tratar de atajar las llamas que avanzan en dirección a la localidad de El Arenal.
El director técnico, que ha calculado en unas 500 las hectáreas que pueden haber ardido en esta zona, ha destacado que los trabajos en la ‘cabeza’ del fuego tienen muchísimas dificultades, ante los «tres factores muy complejos que se han alineado», en referencia a la orografía del terreno, el viento y el combustible
En este sentido, ha reconocido que cualquier actuación directa sobre el incendio resulta «prácticamente imposible», de manera que el dispositivo desplegado en la zona trata de organizar un ataque indirecto para contener las llamas en un perímetro seguro, ya que existen focos secundarios y constantes.
Aunque no están previsto cambios en la dirección del viento, que ahora empuja las llamas en dirección al municipio de El Arenal, el director técnico de extinción ha admitido que «la realidad no es muy halagüeña» y «no es sencilla».

«Nos queda mucho incendio por delante», ha añadido Ángel Iglesias, antes de apuntar que los esfuerzos del operativo se centrar en tratar de «atajar la cabeza del incendio» a la altura del cortafuegos que se encuentra en la frontera entre los municipios de Mombeltrán y El Arenal.
Aunque no ha querido «alarmar» a la población de El Arenal «antes de tiempo», Iglesias ha indicado que la actuación en este cortafuegos es «una oportunidad» que espera que «resulte», ya que de lo contrario, el municipio «podría verse afectado y el pueblo no está lejos».
Estrategia de ataque indirecto
Se trata de una «estrategia de ataque indirecto» para ver si «funciona», ya que el viento que conduce las llamas hacia El Arenal van «muy deprisa» y la preocupación es que supere «las líneas de control».
«Depende mucho del viento y del alineamiento de factores, que es crítico», ha insistido Iglesias, para después remarcar que son «tres vectores muy desfavorables» para controlar un incendio que, prácticamente desde que surgió entre los municipios de Cuevas del Valle y Mombeltrán, ha sido declarado con el Índice de Gravedad Potencia 2 (IGR2), el máximo de la Junta y la Situación Operativa 2 (SIT2).

Una vez revocado el confinamiento parcial que ha afectado a Mombeltrán, que tiene 916 vecinos censados -aunque en esta época son muchos mas-, y que obligó a desalojar a medio centenar de personas que ya han retornado a sus casas, ahora las llamas arrasan parte del monte que ya se quemó en 2009 y que ahora se estaba regenerando.
Aquel fuego carbonizó en torno a 5.000 hectáreas y causó dos muertes.