La Granja (Cáceres) (EFE).- El intento de algunos cereceros del Valle del Jerte por proteger sus árboles, al prender fuego en el pasto de sus parcelas para tratar de salvarlas del incendio de Jarilla, puso en la tarde noche de ayer a los equipos de extinción en una situación de «absoluta peligrosidad».
El consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social, Abel Bautista, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad y a evitar totalmente este tipo de prácticas para que no haya que lamentar víctimas personales en un incendio que lleva activo nueve días y ha arrasado ya 16.000 hectáreas y 160 kilómetros de perímetro.
Equipos de extinción atrapados
El hecho de que en la tarde noche de ayer hubiera personas que entraron en sus parcelas de cerezo para intentar quemar las malas hierbas y tenerlas limpias por si las llamas bajaban, según ha explicado Bautista, hizo que los equipos de extinción quedaran «atrapados» entre la línea superior, la del fuego en sí, y la inferior, provocada por los agricultores.
Esta situación los dejó en un estado muy peligroso que, ante cualquier complicación, que finalmente afortunadamente no hubo, ponía en riesgo sus vidas.
El consejero ha insistido en que se actúe con responsabilidad, ha dejado claro que «no se puede ir por libre» y aunque ha dicho entender que los agricultores quieran preservar los cerezos, pues es su medio de vida en el Valle del Jerte, no pueden poner en peligro a quienes llevan días protegiéndolos contra el fuego.
En ese sentido, ha manifestado que estas tareas de limpieza de las parcelas se tenían que haber hecho antes.