Pozuelo de Zarzón (Cáceres) (EFE).- Los olivareros de las comarcas del norte de Extremadura han vuelto este miércoles a la calle para protestar por la falta de negociación de los contratos de compraventa de aceituna de mesa. Exigen unos precios «dignos» para la aceituna.
Convocados por la organización agraria La Unión Extremadura, los agricultores han protagonizado una tractorada. Se han concentrado desde primera hora de la mañana a la entrada de la localidad cacereña de Pozuelo de Zarzón.
Aquí, el secretario de La Unión Extremadura, Luis Cortés, ha denunciado la situación de «incertidumbre y bloqueo» que sufren los productores de aceitunas a las puertas de la campaña. Esta se ha marcado por una baja producción y una fuerte demanda en los mercados internacionales.
La Unión denuncia que los industriales se niegan a fijar precios
En declaraciones a EFE, ha señalado que, pese a este escenario, los industriales «se resisten a firmar contratos y a fijar precios. Esto está generando un clima de indefensión entre los agricultores».
«Este año el precio tiene que ser muy caro, porque no hay aceituna», ha subrayado Cortés. Estima que el valor medio de los precios para la aceituna debería situarse por encima de 1,32 o 1,35 euros el kilo. Esto debe ser en consonancia con los costes de producción y las condiciones del mercado.
Sin embargo, ha lamentado que «a día de hoy todavía no se ha firmado ni un solo contrato». Ha considerado esto «incomprensible» en un contexto de escasez de oferta y elevada demanda.
Si no hay solución, habrá un paro general en la recolección
Si no se atienden sus reivindicaciones, la organización ha advertido de que el siguiente paso será un paro general. «No se coge una aceituna de verdeo en tanto en cuanto no se cierren todos los contratos. O se firman todos o no hay recogida este año», ha afirmado Cortés.
El dirigente agrario también ha criticado duramente un informe elaborado por la Universidad de Extremadura, con apoyo de la Junta de Extremadura. El informe concluye que producir un kilo de aceituna en 2025 será más barato que en 2022, incluso con los precios actuales.
Según Cortés, se trata de un estudio «de vergüenza», que «falsea estadísticas oficiales» para justificar precios más bajos. Además, introduce referencias a los márgenes del sector industrial. Esto, a su juicio, «carece de sentido» en un análisis de costes de producción.
Críticas a un estudio de la UEX, que justifica precios bajos
Cortés ha advertido de que detrás de esta estrategia hay un intento de «recortar unos céntimos por kilo» a los agricultores. Esto ocurre pese a que al consumidor apenas le supondría un céntimo más por bolsa de aceitunas.
Así, ha acusado al sector industrial de «actuar como una mafia», coordinándose para imponer condiciones que «vulneran la libre competencia y la ley de la cadena alimentaria».
«Si desaparece el olivar, desaparecerán primero las almazaras y después la viabilidad de los pueblos», ha advertido Cortés antes de reclamar que los agricultores puedan «vivir dignamente de su trabajo». Esto ocurre en un sector del que depende, en gran parte, los precios para la aceituna y la supervivencia de muchas comarcas rurales.