Asistentes al funeral del ministro de Asuntos Exteriores iraní Hossein Amir Abdollahian en Teherán, este jueves. EFE/Abedin Taherkenareh

Irán convierte el entierro de Raisí en una muestra de fuerza y continuidad

Teherán (EFE).- Con cientos de miles de participantes, delegaciones internacionales y aliados de la región, la República Islámica de Irán ha querido dar una imagen de fuerza y continuidad con los funerales del fallecido presidente Ebrahim Raisí, ante la incertidumbre que provoca la pérdida de un mandatario.

La muerte de Raisí y el ministro de Exteriores Hosein Amir Abdolahian en un accidente de helicóptero el domingo llega en un momento de fuertes tensiones en Oriente Medio y con la sucesión del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, de 85 años, de fondo.

De hecho, Raisí, ultraconservador de 63 años, sonaba entre los favoritos para suceder a Jameneí, aunque en realidad no se sabía -ni se sabe- quién va a ser el próximo hombre fuerte de la República Islámica.