Juicio con jurado popular contra el presunto autor de un delito de homicidio a un profesor jubilado, ocurrido en febrero de 2020 en Logroño; y contra una mujer acusada de encubrimiento. EFE/Raquel Manzanares

El acusado del homicidio del profesor fue consciente del crimen, según la Policía

Logroño, (EFE).- El acusado del homicidio del profesor jubilado de Logroño, en febrero de 2020, fue consciente del crimen, ya que tomó medidas para evitar dejar rastro de su presunta autoría, según la Policía que intervino en los registros e inspección ocular, que mantiene la hipótesis de que pudo maniatar a la víctima, quien tenía golpes en la cabeza.


Así lo han constatado este jueves agentes de la Policía Nacional durante el juicio con jurado popular, que se celebra en la Audiencia Provincial de Logroño contra el acusado, de 34 años, como presunto autor del crimen; y una mujer, que, según el fiscal, tenía una relación personal con la víctima, quien había prestado a la imputada 54.000 euros y a la que denunció por estafa.


Por los rastros de sangre encontrados en el domicilio de este profesor, de 73 años, quien vivía solo, el presunto agresor iba preparado, con la ropa adecuada, para entrar en la vivienda, sin dejar huella porque se cree también que tenía llaves de la misma o la víctima le abrió la puerta, ya que en un teléfono hallado en la vivienda figura el rastro de haberlo utilizado para llamar.


Además, ninguna de las manchas de sangre halladas en la vivienda correspondían al acusado y sí a la víctima, según los agentes.


La inspección ocular determinó que en algunas superficies de la vivienda hubo presión, como en el manillar de un maletín forzado; y en el desorden hallado en algunas de las habitaciones, donde aparecieron armarios y cajones abiertos y un sobre con documentación de la víctima.


La Policía también mantiene la hipótesis de que el profesor pudo haber sido maniatado en la cocina porque, junto al charco de sangre que apareció junto a su cuerpo, había fragmentos de una cinta adhesiva y la silla estaba orientada hacia la víctima y no hacia la mesa de comer.