Una urraca vuela frente a unas torres de alta tensión, en una imagen de archivo. EFE/Kai Försterling

La colisión con tendidos eléctricos y la captura ilegal, causas de los daños a millones de aves

Madrid (EFE).- La colisión contra tendidos eléctricos -cerca de un 40 % de los casos- y la captura ilegal de ejemplares -más de un 20 %- son las principales causas de daño y mortalidad no natural de al menos 25 millones de aves cada año en España, según un informe elaborado por SEO/BirdLife.

Otras causas “significativas” incluidas en este análisis son la electrocución propiamente dicha y el atropello en carretera -en ambos casos, en torno al 8 % -, el uso de veneno y la colisión contra generadores -otro 5 %- y el furtivismo -más de un 3 %-.

Se trata del primer documento de este tipo, generado a partir de los más de 270.000 registros de ingresos de aves en los Centros de Recuperación de Fauna (CRF) de todas las comunidades autónomas entre 2008 y 2018, dentro del marco del LIFE Guardianes de la Naturaleza.

De acuerdo con los CRF, casi el 65 % de los ejemplares afectados pertenecen a especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE) y cerca del 7 % están incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA).

De hecho “son precisamente las especies protegidas y amenazadas las que mayoritariamente ingresan” en estos centros y “una de las que más registros acumula es el Ave del Año 2023, el aguilucho cenizo”, aunque también se han identificado ingresos de águila imperial, milano real o arao común.

Atendiendo al grado de amenaza según el Libro Rojo de las Aves en España, destacan las cifras del cernícalo vulgar -más de 1.000 registros anuales, lo que “podría ayudar a entender el grave declive sufrido por esta especie”-, la pardela cenicienta mediterránea y el milano real -más de 100 registros en ambos casos-.

De las 348 especies que han ingresado en 10 años en los CRF por este tipo de causas, las más afectadas son el jilguero europeo -más de 11.700 ingresos-, el cernícalo vulgar -cerca de 10.200-, el busardo ratonero -más de 8.600-, el buitre leonado -más de 7.400-, la gaviota patiamarilla -casi 7.200-, el vencejo común -cerca de 6.300- y el búho real -más de 6.200-.

Dependiendo de variables como su fenología o el interés comercial que despierte, hay causas no naturales que afectan más a unas especies que a otras: así, el principal riesgo para el aguilucho cenizo es el atropello principalmente con maquinaria agrícola pero, para el buitre leonado es la colisión contra los aerogeneradores y, para la cigüeña blanca, el choque contra una línea eléctrica, mientras que para el verderón o para el cuervo el problema es la captura ilegal.

Una cigüeña se acerca a su nido en lo alto de una casa. EFE/Nacho Gallego/Archivo

En todo caso, “las actividades humanas están detrás del 59,5 % de las heridas o muertes de aves”, según el texto.

Más de 25 millones de ejemplares al año

Respecto a la evolución mensual a lo largo del año, se observa un incremento de ingresos entre junio y agosto y, por temporadas, hay más en los períodos 2008-2011 y 2014-2016 y menos en el resto pero, en conjunto, los registros anuales aumentaron cerca de un 66,5 % a lo largo del período analizado.

No obstante, estas cifras corresponden exclusivamente a las aves afectadas que son encontradas por particulares o por las autoridades rurales, como los miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) o los agentes forestales.

Por ello, la ong conservacionista propone aplicar “una modelización matemática para realizar una estima más realista”, cuyo resultado es “una horquilla amplia, entre los 25 millones y los 100 millones de ejemplares al año”.

Esta cifra “impresiona, incluso tomando como referencia la cuota baja de la horquilla” ha señaladn la directora directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, quien ha añadido que “en muchos casos se trata de cuestiones subsanables, como sucede con las colisiones o la electrocución en líneas eléctricas”, lo que demuestra “una vez más que mejorar la protección de la biodiversidad está al alcance de nuestra mano”.