Foto de archivo de un oso pardo tomada en Proaza (Asturias). EFE/ Archivo EFE.

La Fundación Oso Pardo pide medidas para evitar la presencia de ejemplares en los pueblos

Santander (EFE).- La Fundación Oso Pardo (FOP) ha advertido de que si no se toman medidas urgentes para evitar la presencia de osos en los pueblos, entre ellas la plantación de árboles frutales lejos de las poblaciones, la limpieza de matorrales y caminos o perimetrar las localidades, cada vez van a bajar más a buscar comida cerca de las casas.

“Hay que tomar medidas para que los osos no se habitúen a, cómodamente y sin miedo a las personas, buscar fruta o comida en los contenedores de basura”, ha señalado a EFE el presidente de la FOP, Guillermo Palomero, después de que en las últimas semanas se hayan dejado ver dos osos jóvenes, que al parecer son hermanos, en varios pueblos del municipio cántabro de Cabezón de Liébana, donde “hay buenos cerezos y cerezas muy ricas que van madurando antes que en otros muchos sitios”.

Los osos “lo saben” y bajan a por ellas, ha añadido Palomero, quien recuerda que “siempre lo hicieron”, pero ahora es más recurrente porque cada vez hay más ejemplares en la cordillera Cantábrica, por encima de los 370, según estima la Fundación.

Palomero apunta además que, mientras que en la Montaña Palentina y en el municipio leonés de Riaño no abunda la comida, la comarca lebaniega es “un auténtico supermercado para los osos por la abundancia de fruta que hay”. “Va a ser un problema recurrente y que genera alarma” y “no se puede consentir de ninguna manera”, exclama.

Medidas que “no son costosas”

En su opinión, para evitar estas apariciones “no basta” con algunas acciones que se están tomando en Cantabria, como disparar con balas de goma a los osos mientras comen cerca de los pueblos.

La Fundación Oso Pardo planteó durante la anterior legislatura en tres ocasiones esta problemática al Gobierno de Cantabria de la coalición PRC-PSOE, con un documento que incluía acciones que ya se desarrollan con ayuntamientos de León y Asturias.

El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero García, durante una entrevista con EFE, en Santander. EFE/ Román G. Aguilera.

“Hay que ponerse las pilas y actuar”, ha sostenido, aludiendo a que son medidas que, además de generar empleo local y poder implementarse a través de los guardas forestales, “no son costosas” y pueden beneficiarse de fondos europeos.

Desde la FOP se pondrán de nuevo en contacto con la Administración cántabra, ahora gestionada por el PP, para proponerle estas medidas, que, eso sí, según Palomero, se tienen que adoptar “de la mano del territorio” y los alcaldes, que “están de acuerdo en actuar”.

Aceptación social

La población de osos pardos en la cordillera Cantábrica, que hace 25 años estaba en “peligro crítico de extinción”, sigue recuperándose. “Ahora hay que administrar ese éxito evitando cualquier incidencia, cualquier conflicto con las actividades humanas y con los humanos”, ha incidido Palomero.

Y llama a tener en cuenta que estos osos que bajan a los pueblos son animales salvajes, “tremendamente fuertes y bien armados”, que “pueden hacer mucho daño”.

“Hay que tenerlo muy claro. No es un osito de peluche, aunque sean muy simpáticos los jovencitos, es un animal salvaje y, aunque él no venga a hacernos daño, no venga a comernos, si en algún momento se siente amenazado a corta distancia, puede reaccionar agresivamente”, ha advertido.

Esta situación, además de ser “terrible” para los vecinos, tampoco es buena para los osos, apunta el presidente de la FOP, por la importancia de “la aceptación social” de la especie, una de las “patas clave” de su recuperación.

“Si perdemos la aceptación social va a ser muy difícil buscar esa coexistencia pacífica”, lamenta.