Nuestro planeta atraviesa una situación difícil y los diferentes gobiernos y organizaciones no se ponen de acuerdo sobre cómo revertirla. El 64 por ciento de la Unión Europea “se encuentra en situación de advertencia o alerta”, según la Comisión Europea, por la peor sequía en 500 años.
China ha vivido este año su verano más caluroso desde que se tienen registros y advierte del riesgo para la cosecha de soja o maíz en el curso medio y bajo del río Yangtsé o problemas con el abastecimiento de agua potable. EEUU va a recortar el suministro de agua del río Colorado para Arizona y Nevada y México a partir de 2023.
Son solo unos pocos ejemplos de una situación real que ya tiene graves consecuencias a nivel global. Pero, ¿cuáles son los principales estragos que ya observamos como consecuencia de esta sequía?.

Incendios
Los incendios no son un fenómeno desconocido y menos en verano. Lo que sí es preocupante es la crudeza y magnitud con la que han golpeado este año a lo largo y ancho del globo.
Europa ha vivido la peor oleada de incendios desde 2006 con más de 600.000 hectáreas quemadas. Solo en nuestro país se han quemado en lo va de año más de 250.000 hectáreas.
Estrés hídrico
Cuando la demanda de agua es mayor que la cantidad disponible de la misma o la calidad es baja durante un periodo determinado hablamos de estrés hídrico.
Cada vez está más claro que el cambio climático va a hacer que necesitemos una gestión más responsable del agua para hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos. Se necesitan a nivel global planes de gestión en este área para una ordenación sensata y prudente del territorio por parte de las administraciones competentes.
Escasez y falta de agua potable
El Informe Mundial de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2020 es contundente: “cambio climático va a influir negativamente en la cantidad y calidad del agua disponible a nivel mundial para satisfacer toda una serie de necesidades humanas básicas, lo cual irá en menoscabo del derecho fundamental de miles de millones de personas a tener acceso al agua potable y el saneamiento”.
La sequía y la desigual distribución de este recurso provocan escasez de agua potable en numerosas partes del planeta.
Y el problema no se da solo a nivel geográfico, influyen otros factores como la falta de infraestructuras hídricas, pocas aplicaciones de tecnologías innovadoras, falta de regulaciones y políticas modernas…
Cada país regula el acceso al agua potable de una manera. En el caso de España, de momento, no contempla el uso de agua potable residual a pesar de la sequía.

Pérdida de producciones agrarias y tierras para el ganado
Numerosos países han alertado de una grave amenaza a las cosechas por la sequía y el calor.
El cambio climático está provocando pérdida de cultivos y los agricultores se ven obligados a acometer cambios en la producción ante un futuro incierto y complicado.
La falta de agua no solo afecta a la tierra cultivada, la ganadería es otro de los sectores gravemente perjudicado.
Junto a esta situación, sobre la mesa está el problema, a su vez, de cómo la manera de cultivar y alimentar a los animales influye en el cambio climático.
Escasez de alimentos e inflación
Como consecuencia de lo anterior, la producción agroalimentaria puede provocar que en los próximos meses haya menos productos en el mercado y con un precio más alto.
Hambre, malnutrición y enfermedades
Unicef ha alertado del riesgo al que se enfrentan millones de niños en el Cuerno de África y el Sahel debido a la sequía. La desnutrición y los brotes de enfermedades se pueden multiplicar si no se toman medidas.
La disponibilidad de agua potable, por ejemplo, se ha reducido en el Sahel en más de un 40 por ciento en los últimos 20 años debido al cambio climático.
Migraciones
El cambio climático podría forzar la migración de 216 millones de personas dentro de sus países hasta 2050, con especial incidencia en África y Asia, ha advertido el Banco Mundial (BM).
La mayoría de estos migrantes estaría huyendo de la escasez de agua, baja productividad agrícola y de áreas afectadas por la subida del nivel del mar.

Daños al hábitat y pérdida de la biodiversidad
Otra de las consecuencias del cambio climático es el colapso de los ecosistemas. Más de un millón de especies de encuentran en peligro de extinción y se hace necesaria la aplicación de alianzas para detener la pérdida de biodiversidad.
El pasado mes de junio, Europa propuso la primera ley comunitaria en este sentido y en Naciones Unidas se sigue trabajando en un borrador para un acuerdo global sobre biodiversidad.
Editado por Nuria Santaesteban