Pedro Nuno Santos (i) y Luis Montenegro asisten a un debate cara a cara en el Capitolio, en Lisboa. EFE/EPA/Jose Sena Goulao

Quiénes son los principales candidatos a las elecciones en Portugal

Susana Samhan y Paula Fernández |

Lisboa (EFE).- Este domingo se celebran elecciones anticipadas en Portugal tras la dimisión del socialista António Costa, el pasado mes de noviembre. Ahora, su sucesor, Pedro Nuno Santos, y el conservador Luís Montenegro pugnan por convertirse en primer ministro.

Montenegro, el líder deconstruido de la derecha en Portugal

Si hay una palabra que pudiera describir a Luís Montenegro, el principal candidato de la derecha en Portugal, es resiliencia tras más de 25 años en el conservador Partido Social Demócrata (PSD); una cualidad que le ha permitido sobrevivir a las derrotas y aspirar ahora a convertirse en primer ministro.

Y es que el futuro del líder de la coalición Alianza Democrática, integrada por el PSD y el CDS-PP, era incierto antes de noviembre pasado, cuando sus críticos no le auguraban vida política más allá de las elecciones europeas de junio de 2024.

l líder de la coalición Alianza Democrática (AD) y presidente del Partido Socialdemócrata (PSD), Luis Montenegro
El presidente del Partido Socialdemócrata (PSD), Luis Montenegro. EFE/EPA/Tiago Petinga

Le faltaba contundencia e ilusionar a las bases del partido de los baronatos del norte. Afable en el tú a tú, carecía de carisma en las interlocuciones con los medios de comunicación.

Sin embargo, la dimisión del primer ministro, el socialista António Costa, el pasado 7 de noviembre y la convocatoria de comicios anticipados el 10 marzo le dio alas para construir, o más bien deconstruir, la imagen de sí mismo como posible jefe de Gobierno, con una campaña planteada en la calle, pueblo por pueblo y de contacto directo con los electores.

El punto de partida fue el Congreso Nacional del PSD a finales de noviembre, cuando Montenegro relanzó su apuesta para mostrarse como una alternativa a los socialistas, y ha quedado apuntalada durante los debates electorales de febrero, donde ha ofrecido una versión de sí mismo como líder que argumenta sin perder la calma ni despeinarse.

Frente a la ultraderecha, Montenegro ofrece el lado amable del conservadurismo y deja a otros en su partido que adopten una línea más dura, aunque ya ha avisado de que no tiene ninguna intención de pactar con el dirigente del partido extremista Chega, André Ventura, un viejo conocido proveniente del PSD.

Pedro Nuno Santos y la obcecación por liderar en Portugal

Pedro Nuno Santos siempre aspiró a ser secretario general del Partido Socialista (PS) y lo consiguió menos de un año después de que declarasen su muerte política, cuando dimitió como ministro envuelto en polémica, un acto de perseverancia con el que quiere llegar ahora a liderar el Gobierno de Portugal.

Radical en el pasado, más moderado en el presente para acomodar a todos los sectores del PS, Santos acude este domingo a las urnas con la obcecación de, una vez más, llenar el hueco que ha dejado António Costa y sucederle también como primer ministro.

El secretario general del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos
El secretario general del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos. EFE/EPA/Antonio Pedro Santos

La elección de Santos (São João da Madeira, 1977) al frente de los socialistas el pasado diciembre se vio como un relevo generacional en el partido, pero también como un giro a la izquierda que, dos meses y medio después, no se ha cumplido.

Apodado como el ‘enfant terrible’ del PS, se granjeó fama de rebelde y radical hace más de una década, cuando Portugal acababa de ser rescatado por la troika: “O se ponen finos o no pagamos. Y si no pagamos la deuda y se lo decimos, a los banqueros alemanes les temblarán las piernas”, llegó a decir en el Parlamento.

Su inclinación política lo llevó a coordinar las negociaciones con la izquierda para lograr un inédito pacto que sería bautizado como ‘geringonça’ y que permitió a Costa dar la vuelta al resultado de unas elecciones que había perdido y ser primer ministro.

Pero el nuevo secretario general socialista ha moderado su discurso para borrar las diferencias internas y apelar al voto del centro este 10 de marzo, lo que ha dejado una versión descafeinada en los debates y actos de campaña de quien antes era visto como combativo.