Pamplona (EFE).- El artista y arquitecto Fernando Pagola ha inaugurado este martes en el Museo Universidad de Navarra su exposición “Triple concierto”, un proyecto en el que explora la construcción de la imagen, la representación del movimiento y la deconstrucción de la figura y el color, tres temas que siempre han estado presentes en su carrera.
Según ha explicado en la inauguración el director del MUN, Jaime García del Barrio, “se ven muchas de las claves del trabajo de Fernando en todos estos años” a través de “una reflexión sobre la construcción de la imagen de la modernidad y de la contemporaneidad y del desarrollo del movimiento” en un desempeño multidisciplinar que conjuga pintura, fotografía, vídeo, literatura y danza.
Como si de los movimientos de un concierto se tratase, este proyecto integra tres trabajos que “tocan una melodía que no tiene aparentemente una relación pero terminan teniéndola”, ha mencionado el autor.
“Gilgamesh Enkidu – Allegro Enérgico” se articula a través de un gran mural de superficie cercana a los 600 metros cuadrados que cubre por completo los 90 metros de perímetro de la sala 0 del museo, un espacio cubierto por un diedro invertido que ha intentado aprovechar para que “incidiera en lo que pasaba debajo”.
La lucha en su sentido más duro
Este trabajo, ha explicado el autor, partió de un encargo del escritor Andrés Barba, quien le pidió ilustrar la lucha “en su sentido más duro y macarra de qué pasa cuando dos personas se pegan” y, aunque en un principio el tema le resultó muy interesante, fue evolucionando para centrarse en la lucha como metáfora del conflicto humano.
Ocupando el espacio central de esta sala se expone el “Proyecto Frankfurter – Andante espressivo”, en el que Pagola toma como punto de partida las imágenes publicadas en este periódico alemán manipulándolas a través de la pintura y el collage.

Presenta “imágenes descontextualizadas” que se fusionan con la pintura estableciéndose “un diálogo” que le resulta interesante a pesar de haber reconocido que no entiende muy bien por qué, por lo que ha animado al espectador a descubrirlo.
Pagola, quien ha indicado que no le gustan las acumulaciones de cuadros, ha defendido que “los espacios estilísticos son para experimentar” y ha decidido prescindir de paredes y mostrar este trabajo como él lo ve en el estudio, con las obras tiradas en el suelo y exhibidas “sin cuadros ni cristales, de una forma más natural”.
Pagola: “Ahí está toda mi vida”
En un principio, ha recordado, utilizaba papel de periódico porque “era muy barato, lo podías romper y, si no funcionaba, lo tirabas”, pero en ese proceso aprendió que el papel le interesaba mucho más que el lienzo y esas imágenes se fueron convirtiendo en “un archivo personal” que le sirve para hacer un balance de la actualidad.

La tercera pata de esta muestra es “Dietario – Grazioso e giocoso”, una recopilación de sus diarios, agendas y cuadernos personales que a lo largo de los años ha ido utilizando como un laboratorio artístico personal combinado con listas de gastos o recordatorios personales.
“Ahí está toda mi vida”, ha comentado, señalando que en estas libretas hay “un recorrido muy autobiográfico e interesante” porque le sirve para saber dónde ha estado, donde está y probablemente hacia dónde va.
La muestra, que puede visitarse hasta el 27 de agosto, es el resultado de la participación de Pagola en el programa de residencias artísticas “Tender Puentes”, a través del cual artistas contemporáneos se sirven de la colección de fotografía histórica del museo como inspiración, un archivo que ha integrado de forma orgánica por el conocimiento previo que ya tenía, ha explicado.