Pamplona (EFE).- La Mesa de la Sequía ha confirmado la pérdida de unas 40.000 hectáreas de cereal de secano en la mitad sur de Navarra, aunque se mejoran las expectativas en regadío como consecuencia de las últimas lluvias.
El nivel de los pantanos que abastecen al eje del Ebro se ha incrementado ligeramente respecto al mes pasado, pese al incremento de la demanda de agua de riego.
Así se ha trasladado en la Mesa de Sequía celebrada este martes y en la que ha participado la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, junto a otros representantes del departamento, así como de las organizaciones agrarias UAGN, EHNE, UCAN, Alinar y el delegado de Aemet en Navarra, Peio Oria.

31.228 hectáreas de cereal están aseguradas
En concreto, se confirma la pérdida en unas 40.000 hectáreas de cereal, de las cuales 31.228 están aseguradas, según el parte de Agroseguro. De estas hectáreas de cereal aseguradas con mermas en producción, las zonas más afectadas son la Ribera, con casi 14.000 hectáreas; la Zona Media, con 8.500; y Tierra Estella, con cerca de 7.000.
En la Ribera ya se ha finalizado la peritación de la totalidad de las parcelas y la producción final media ha sido de 230 kg/ha en trigo y 700 en cebada. Es decir, en esta zona el daño en trigo es del 90 % y de cebada del 75 %.
En el resto de comarcas siguen los trabajos de peritación de daños y en la Comarca Media, con el 50 % de la superficie reclamada, los resultados provisionales en cebada y trigo se sitúan en 1.300 kg/ha, lo que supone que en la Zona Media, fundamentalmente la Valdorba, las perdidas en trigo y cebada son del 70 %.
Tierra Estella, según los datos provisionales, se sitúa en los 1.442 kg/ha en cebada y 2.050 en trigo, lo que significa unas pérdidas del 70 % y el 55 %, respectivamente. Se estima que las valoraciones de cereal terminarán a final de este mes.
El foco, en las campañas de primavera y verano
En este momento, el foco de atención se sitúa en la situación y evolución de las campañas de primavera y verano, como el tomate, el calabacín o la judía verde, pero también en las campañas de las hortalizas de otoño-invierno que comienzan a plantarse en julio y agosto, como el brócoli, coliflor o alcachofa, entre otras.
No obstante, las últimas lluvias han mejorado notablemente la disponibilidad de forraje y de pasto en la mitad norte de Navarra, por lo que se espera una buena campaña.