Pamplona (EFE).- El comité de personas expertas constituido para estudiar la transformación del Monumento a lo Caídos de Pamplona ha propuesto convertirlo en un Museo Memorial, que reste protagonismo a la cúpula e incorpore nuevos edificios coherentes con el entorno, descartando su derribo.
El comité, integrado por 14 personas, ha presentado este jueves el informe sobre la transformación del Monumento a los Caídos, tomando en consideración experiencias nacionales e internacionales en investigación histórica y gestión de espacios memoriales.
En la presentación en el Ayuntamiento de Pamplona han intervenido tres de los integrantes del comité, Fernando Mendiola Gonzalo, Nuria Ricart Ulldemolins y Cristian Dürr, y el alcalde, Joseba Asiron.
El Museo Memorial supone poner en práctica los principios recogidos en la Carta Internacional de Museos Memoriales del Comité Internacional de Museos Memoriales y de Derechos Humanos, frente a una de las manifestaciones más elocuentes de apología del franquismo y glorificación de los perpetradores de persecuciones, matanzas y otras violaciones de los derechos humanos, según el informe, que considera que el derribo «favorecería la memoria de los perpetradores».
Ruptura con los valores antidemocráticos
El comité destaca que la transformación profunda de este edificio constituye una ruptura total con los valores antidemocráticos que encarna el inmueble, uno de los mayores de este estilo en el Estado español, el segundo tras Cuelgamuros (Madrid).
Sostiene que la conservación de los testimonios materiales de la represión es útil como herramienta de construcción de la memoria histórica. Así, se pretende concebir un espacio que permita asentar la convivencia, el respeto a los derechos humanos, la reflexión crítica y rigurosa sobre la historia, como elemento que permita profundizar en el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación.
El reto es convertir un lugar de culto al totalitarismo en un espacio de pensamiento crítico, de conocimiento histórico sobre las raíces, el contexto histórico y las consecuencias del golpe de estado de 1936, y de acción política y cultural para la promoción de los valores democráticos.
Este reto pasa por transformar íntegramente los usos del lugar, musealizar el patrimonio y construir un nuevo equipamiento con una vocación pedagógica y educativa integrado en la trama de la ciudad.
Las recomendaciones del informe se incorporarán a las bases del concurso internacional de arquitectura del que surgirá el proyecto definitivo de resignificación. El concurso está previsto que se convoque en noviembre y durante el primer semestre de 2026 esté resuelto.
La cúpula y el tambor deberían perder protagonismo
La transformación del Monumento a los Caídos afecta a los contenidos y también a la arquitectura del edificio, en la que la cúpula y el tambor tendrán que perder su protagonismo, tanto hacia el exterior como hacia el interior: serán imprescindibles elementos que tamicen u oculten su visión desde plantas interiores y el diseño de un espacio adecuado para visitas guiadas que ofrezcan una interpretación sobre las mismas. El comité propone como estrategias el uso de encapsulado, tragaluz, arquitectura-imagen, mirador o espejo.

La transformación integral de la cúpula y el tambor afecta también al fresco en el interior de la cúpula, que debe ser mediatizado e interpretado, y a la cripta, donde se propone la desaparición de todos los elementos funerarios y su desacralización integral, transformando los usos del lugar para otros fines, como la programación de instalaciones de obras o proyectos de arte contemporáneo.
La terraza es uno de los espacios con mayor potencial para nuevos usos, vinculados al ocio o incluso, se podría convertir la terraza en el nuevo acceso al museo.
En cuanto a las arquerías, la eliminación hasta la cota O de la plaza daría conexión a la trama urbana como espacio público, pero el edificio así adquiriría mayor altura y mayor percepción de su desproporción.
La eliminación mostraría estructuras no visibles actualmente, como el túnel de acceso a la cripta desde la iglesia de Cristo Rey, un túnel enormemente simbólico, por los usos que se han desarrollado en la cripta a lo largo de los años, fuera de la mirada pública.
Retirada de textos conmemorativos, una exposición permanente y edificio anexo
Respecto a los textos conmemorativos y la iconografía franquista, se propone la museización e interpretación del conjunto de elementos simbólicos de la Cruzada y del nacional-catolicismo, en especial respecto a sus vínculos con el carlismo en Navarra.
Tal y como establece el acuerdo político, implica la retirada del lugar original de los mármoles con los listados de caídos y otras inscripciones. Se considera que estos elementos deben ser depositados para su investigación e interpretación.
La intervención deberá contemplar el impacto del nuevo edificio no solo en el conjunto de la ciudad, sino de manera específica en su entorno inmediato, como la plaza de la Libertad, la avenida Carlos III y la calle Aoiz.
El informe contempla dejar la plaza tal y como está, con su parque y su estanque, o transformarla por completo, incluyendo pequeños elementos o los edificios complementarios al central mencionados anteriormente. También plantea el cambio de localización de la escultura ‘Coreano’, de Jorge Oteiza, y su incursión en la propuesta del nuevo edificio.