Chivite y Unzu, al frente de la representación institucional en Leyre. EFE/Cedida

Un acto solemne renueva el homenaje de Navarra a su antiguo Reyno

Pamplona (EFE).- Las instituciones forales han homenajeado este sábado al antiguo Reyno de Navarra, un acto solemne abierto a la ciudadanía celebrado en el Monasterio de Leyre, que alberga los restos de los primeros monarcas y que se considera la “cuna espiritual” de aquel régimen.

La presidenta del Gobierno foral, María Chivite, ha encabezado la representación institucional junto a la mayoría de los miembros de su gabinete y de la vicepresidenta primera del Parlamento, Ainhoa Unzu, en ausencia del presidente de la Cámara, Unai Hualde, y del vicepresidente del Ejecutivo, Félix Taberna, por estar ambos en Gernika en la toma de posesión del nuevo lehendakari, Imanol Pradales.

La comitiva de autoridades ha accedido en desfile por el exterior del recinto del monasterio, encabezada por la Reina de Armas y los maceros, seguidos de representantes de las tres instituciones forales de Navarra (la Presidenta, el Parlamento y el Gobierno). Han cerrado el cortejo dos agentes de la Policía Foral con uniforme de gala.

Imagen cedida del homenaje en Leyre al antiguo Reyno de Navarra
El abad de Leyre recibe a la presidenta Chivite. EFE/Cedida

El abad mitrado de Leyre, Juan Manuel Apesteguía, les ha conducido al interior del templo, al que han accedido al compás del Himno de Navarra (‘Marcha para la entrada del Reyno’).

Allí, los miembros de la Mesa del Parlamento y de los grupos parlamentarios, la delegada del Gobierno en Navarra, Alicia Echeverría, y otros representantes institucionales como diputados navarros, el defensor del Pueblo, Patxi Vera, junto a cargos municipales, completaban la bancada de invitados oficiales.

Un acto civil en el Monasterio de Leyre

Todos ellos, junto a un nutrido grupo de ciudadanos que desde media hora antes del inicio han podido ocupar los bancos del público hasta completar el aforo, han asistido en la iglesia de San Salvador al acto, de carácter civil, con la Coral Nora de Sangüesa, el organista José Luis Echechipía y la Banda de Trompetas y Timbales del Gobierno de Navarra a cargo de las piezas musicales del homenaje.

El historiador y profesor de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Iñigo Mugueta ha leído un texto, en el que ha destacado la importancia del Reyno de Navarra en el impulso cultural de las distintas épocas que abarcó, en sus 1.200 años de recorrido.

La segunda parte del relato histórico ha sido una recreación teatral, interpretada por los actores Ion Barbarin y Marta Juaniz, de la mano del historiador Iñigo Mugueta y el grupo Butaca 78 Eserlekua. En ella el juglar medieval Sancho de Echalecu, que vivió a mediados del siglo XV en el entorno del Príncipe de Viana y de las Cortes regias, ha sido el protagonista, con un texto original, también obra de Iñigo Mugueta, adaptado por Laura Laiglesia.

“Navarra, a su legado histórico”

Después ha tenido lugar el acto de homenaje a los reyes y reinas de Navarra, ante quienes Chivite y Unzu, abierta la reja del panteón real que alberga sus restos, han depositado una corona de flores rojas con la leyenda “Navarra a su legado histórico” en euskera y castellano.

El mausoleo, custodiado por los monjes benedictinos, alberga los restos de los primeros reyes del Reino de Pamplona, precursor del Reyno de Navarra. Entre ellos figuran Iñigo Arista (primer rey de Pamplona, en el siglo IX), García I Íñiguez (siglo IX), Fortún Sánchez I (último rey de la dinastía Iñiga, siglo IX), Sancho I Garcés (siglo X), García Sánchez I (siglo X) y Sancho Garcés II Abarca (siglo X).

En una nota, el Gobierno foral destaca el especial significado que tiene el Monasterio San Salvador de Leyre en el devenir del antiguo Reyno, del que se considera su “cuna espiritual” y referente del pensamiento y el saber, que dotó a los y las monarcas navarros de herramientas para el gobierno y ha sustentado su memoria política y cultural.

Calificado como “centro y corazón de mi Reyno” por el rey Sancho III el Mayor, el milenario monasterio y la comunidad benedictina que lo regenta custodian los restos de los primeros monarcas navarros, en un panteón real ubicado en la iglesia abacial ante el que anualmente se realiza el homenaje.

Navarra ha revivido así una tradición iniciada en 1973 por la entonces Diputación Foral, aunque en esta ocasión la ceremonia se ha celebrado bajo la denominación ‘Día del Reyno de Navarra’. Cambia así el último nombre otorgado evento, ‘Homenaje a los Reyes y Reinas de Navarra’, con intención de elevar el homenaje al Reyno de Navarra en su totalidad, incluyendo tanto a la base social como a sus regidores.