Los protagonistas de "Poquita fe", comedia escrita por Pepón Montero y Juan Maidagán.EFE/Movistar Plus+

“Poquita fe”, la serie que refleja la monotonía de una pareja de barrio

Silvia García Herráez |

Madrid (EFE).- Raúl Cimas y Esperanza Pedreño son una “pareja normal y corriente con una vida muy monótona” en “Poquita fe”, la serie que llega este martes a Movistar Plus+ con 12 capítulos de 15 minutos con el estilo característico de sus creadores, Pepón Montero y Juan Maidagán.

“La serie se centra en los detalles más cotidianos del día a día en un barrio común de cualquier ciudad. Va de una pareja normal y corriente con una vida muy monótona y a la que le falta cierto ímpetu, por ello crece una crisis entre ellos que a su vez no son capaces de afrontar, de ahí que necesiten cierto empuje por parte de sus amigos, suegros, vecinos…”, cuenta Cimas a EFE.

Por su parte, los creadores -experimentados ya en la comedia en series como “Camera Café” o “Justo antes de Cristo”- agregan que la clave de la ficción es que “se ve la cotidianidad desde un punto de vista muy concreto, a veces hasta incómodo, que es lo que provoca la risa”.

Caos que provoca su círculo social

La pareja protagonista también se enfrenta al caos que provoca su círculo social, como los padres de Berta (Pedreño) -interpretados por María Jesús Hoyos y Juan Lombardero- quienes la ningunean y prefieren a su otra hija (Julia De Castro), que es un desastre.

“La comedia que hacen Montero y Maidagán camina por un hilo muy fino y te arrancan la carcajada; eso y la manera en la que está contada la ficción es lo que me hizo entrar en este proyecto”, confiesa De Castro.

Por otro lado, está la madre de José Ramón (Cimas), interpretada por Marta Fernández-Muro, con un pasado como “hippie” y que a día de hoy continúa siendo un espíritu libre. Y también está el vecino vividor, al que da vida Chani Martín.

Una ficción que rompe la cuarta pared -la división imaginaria entre los intérpretes y los espectadores- de manera continua, lo que pasa a ser uno de sus elementos más destacados.

Hablan continuamente a cámara

Los personajes hablan continuamente a cámara y cuentan lo que les ocurre en cada momento. Son casi como una “voz en off” que presentan cada situación, la comentan e incluso interactúan entre ellos, dando paso a pequeños fragmentos en los que la ficción sí se desarrolla con una mecánica habitual.

“Nadie nos ha preguntado a quién se dirigen los protagonistas y la verdad que lo agradecemos porque ni nosotros mismos lo sabemos -ríen los creadores-. Puede ser Dios, una especie de terapia que hacen los protagonistas. No lo sabemos, pero eso es la gracia del formato”, dicen.

Cimas, sin embargo, cree que es un escritor o un cineasta que ha venido a tomar notas del barrio y de su gente, porque en realidad el barrio es el “auténtico protagonista de la serie”.

Asimismo, reconoce que la parte de las entrevistas fue la que “más fácil” le resultó. “A mí eso se me daba súper bien, quizá por mi experiencia en la televisión o de hacer monólogos, fue la que más disfruté. Al igual que la parte dramática a mí me costaba más. Llevo ya tiempo manejando un formato así”, afirma.

En cuanto a la duración del formato, los creadores señalan que quince minutos era la “ideal”. “Nos dimos cuenta de que una cosa tan dinámica, tan exhaustiva, funcionaría mucho mejor con algo pequeñito, simple, nimio y que ese contraste daría todavía más comedia”, aclaran.