El Cargadero de Orconera, conocido como el Puente de los Ingleses, situado en la ría de Astillero. EFE/Celia Agüero Pereda.

Rehabilitan la infraestructura que, un siglo después, es memoria viva de la minería

Por Celia Agüero Pereda |

Astillero (EFE).- Tras más de un siglo como memoria viva de la minería en Cantabria, los turistas y los vecinos de Astillero podrán pasar de nuevo este 2025 por el Cargadero de Orconera, conocido como el Puente de los Ingleses, que estará rehabilitado a finales de año tras permanecer cerrado desde 2017.

Sobre la ría de Astillero se alza esta estructura de hierro que recuerda una Cantabria epicentro de la minería y del comercio internacional.

La historia de este cargadero comienza a finales del siglo XIX cuando la fiebre minera se apoderó de Cantabria y se vivía un auténtico auge que impulsó la creciente demanda de hierro de las siderurgias de Gran Bretaña y Alemania.

En ese contexto, explica a EFE la historiadora Arántzazu Vega, irrumpió la figura de John Mac Lennan, un empresario británico que se convirtió en pionero del desarrollo minero e industrial en la Bahía de Santander.

Mac Lennan no solo poseía minas en Obregón, lugar en el que hoy en día se ubica el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, sino que también diseñó el sistema logístico completo: desde el lavado del mineral en Solía, hasta su transporte ferroviario y embarque en Astillero.

Para ello, impulsó la construcción de un embarcadero que destacaría por su innovación: el único completamente fabricado en hierro de toda Cantabria.

Una obra de ingeniería avanzada

Inaugurado en 1894, el Cargadero de Orconera contaba con una estructura de 64,5 metros de longitud, apoyada sobre castilletes metálicos que aún hoy sobreviven y cuyo diseño, con vías de ferrocarril a dos niveles, permitía cargar rápidamente los barcos con vagones de cinco toneladas.

La infraestructura es conocida como Puente de los Ingleses porque la mayoría de los barcos que llegaban a cargar mineral eran ingleses y porque la presencia de marineros británicos en el pueblo hizo que ese nombre calara entre los vecinos.

Y no solo es una estructura metálica singular, sino un símbolo del patrimonio industrial de Cantabria y, tras ocho años de rehabilitación, de nuevo paso peatonal.

El cargadero es uno de los pocos vestigios que sobreviven de aquella era en que la región alimentaba a la industria británica y alemana pero, a pesar de ser declarado Bien de Interés Local en 2013 y formar parte del Catálogo de Patrimonio Cultural de Cantabria, desde 2017 permanece cerrado al público.

Rehabilitación de un símbolo histórico

El alcalde de Astillero, Javier Fernández Soberón, explica a EFE que el motivo principal del cierre fue un problema estructural por lo que, «tras dos años de trabas y problemas para tramitar permisos con el Gobierno regional», el Consistorio está ejecutando las obras de rehabilitación con una inversión que supera el medio millón de euros.

Ese proceso de restauración avanza y, según el alcalde, es cuestión de un par de meses que el puente pueda reabrirse para que los vecinos vuelvan a disfrutar de uno de los principales emblemas del municipio que, por primera vez, será accesible.

«Es parte de nuestro ADN, de nuestra historia, del paisaje. Ahora debe ser también parte del paseo y del día a día de nuestros vecinos», reivindica Fernández Soberón.

Hacia un futuro con memoria

Fernández Soberón señala que el Ayuntamiento está trabajando en un ambicioso plan turístico para dar a conocer no solo el Puente de los Ingleses sino todo el patrimonio del municipio.

Una de las iniciativas más destacadas involucra al instituto Astillero, cuyos alumnos están grabando diversos vídeos y en varios idiomas para difundir el legado histórico del municipio.

El Puente de los Ingleses no es solo una obra de ingeniería, sino que es un relato de emigrantes, de trabajadores, de barcos y trenes, de comercio internacional y de transformación del paisaje.