El historiador Josu Chueca (i), el director foral de Derechos Humanos de Gipuzkoa, Ion Gambra (c), y la portavoz de Intxorta 1937, Julia Monge, presentan una investigación sobre los niños de la guerra. EFE/Gorka Estrada

Gipuzkoa no olvida a sus 10.000 niños de la guerra

San Sebastián (EFE).- Gipuzkoa no olvida a sus 10.000 niños de la guerra. Unos menores que durante la contienda civil se vieron obligados a abandonar sus casas y huir a países como Francia, Gran Bretaña, la Unión Soviética y Bélgica. El próximo sábado la Diputación y el colectivo Intxorta 1937 los recordarán y homenajearán en Donostia.

10.000 niños

El acto, presentado este lunes en una rueda de prensa, servirá también como punto final de una investigación, desarrollada durante dos años por esta asociación memorialista en colaboración con la institución foral.

Además de concretar el número de pequeños que tuvieron que abandonar Gipuzkoa durante el conflicto bélico, esta iniciativa ha permitido también crear una base de datos pública con sus identidades.

La líder del Ejército de Salvación en Londres, Evangelina Booth, saluda a un grupo de niños vascos de la guerra refugiado en Gran Bretaña. EFE/Díaz Casariego/JT

Según han explicado en la comparecencia el director foral de Derechos Humanos y Cultura Democrática, Ion Gambra, junto a los miembros de Intxorta 1937 Kultur Elkartea Josu Chueca y Julia Monge, los 144 niños guipuzcoanos que aún siguen con vida han recibido invitaciones a tomar parte en este homenaje que tendrá lugar en el Palacio Kursaal.

El más anciano, 100 años

El más anciano de ellos, el eibartarra Juan de los Toyos, cuenta ya con cien años de edad. Otros, que no regresaron nunca a sus lugares de origen, residen aún en el extranjero.

Ante la posibilidad de que no conozcan la existencia del homenaje, la Diputación ha habilitado un número de teléfono y un correo electrónico por si estuvieran interesados en participar en el evento.

Principales hitos

Durante el acto, el historiador Josu Chueca ha detallado los principales hitos de la investigación, desarrollada en distintos archivos españoles y europeos.

El proyecto ha constatado que la cifra de menores guipuzcoanos exiliados alcanzó los 10.232 casos, una cifra que duplica el número de niños de la guerra de este territorio de los que se tenía constancia hasta ahora.

Foto de archivo en el que, durante la Guerra Civil, un cartel llama a la población a evacuar a los niños en zona republicana. EFE/JT

En el caso vizcaíno, este número podría llegar hasta los 20.000, aunque aún no es posible afirmarlo con certeza. Los miembros de Intxorta 1937 esperan poder extender su investigación en próximas fechas también a Bizkaia.

Grabaciones videográficas

En el caso de los pequeños guipuzcoanos, la investigación, que incluye grabaciones videográficas con los testimonios de varios supervivientes, ha llegado a constatar que procedían de al menos 56 municipios del territorio. La mayoría de ellos eran naturales de San Sebastián (3.691), Irun (1.590), Hondarribia (609) y Pasaia (571).

Josu Chueca ha hecho especial hincapié en el caso de Irun, la primera ciudad vasca en la que, a principios de septiembre de 1936, el ejército franquista concentró todo tipo de fuerzas bélicas, “aviación incluida”, para bombardearla y tomar la conexión con la frontera francesa.

Irun y Hondarribia

Esta situación provocó “tal miedo” a la población civil que, junto a los vecinos de la cercana localidad de Hondarribia, “vació” ambas poblaciones a través de la frontera del río Bidasoa. Algunos de ellos ya no volvieron más a sus lugares de origen, ha relatado Chueca.

Los países que más niños de la guerra guipuzcoanos recibieron fueron Francia (4.840), Bélgica (580), la Unión Soviética (465) y el Reino Unido (312). Un número menor llegó a lugares como México, Venezuela, Argentina, Chile y Uruguay. Otros a distintos puntos de España como Cataluña, Valencia y Madrid.

Imagen de archivo de la llegada a Londres de un grupo de niños vascos refugiados en 1937. EFE/JT

Aunque no tomaron parte en la contienda, sufrieron sus graves consecuencias desde una edad muy temprana: miedo, bombardeos, alejamiento de sus familiares y personas allegadas y, por último, la necesidad de exiliarse dejando atrás el amparo de sus padres y madres”, ha recordado Ion Gambra.

“Muchos no volvieron más al País Vasco”

Tras aclarar que “muchos no volvieron más al País Vasco”, ha afirmado que estos menores constituyen “una pieza importante en la construcción de la memoria histórica de nuestro pueblo”.

“Sin duda -ha añadido- merecen un reconocimiento, resulta fundamental que afloren, se dé a conocer esta realidad y se reconozca el sufrimiento que padecieron estas personas”.

“La memoria es un valor necesario para construir una cultura verdaderamente democrática basada en el respeto mutuo y la convivencia pacífica, así como para no recaer en los errores del pasado”, ha finalizado.