San Sebastián (EFE).- Los migrantes malienses que vivían en la calle en San Sebastián han sido acogidos en un recurso de la Diputación de Gipuzkoa en Oñati. Son medio centenar de hombres que han sido trasladados este viernes en nueve vehículos de la Cruz Roja desde el barrio de Amara Berri de San Sebastián.
El recurso ha sido habilitado por la Diputación y el Ayuntamiento donostiarra para acogerlos de «manera excepcional». Estarán allí mientras esperan poder iniciar los trámites para solicitar protección internacional, según anunció anoche la institución foral en un comunicado. Precisó que adoptaba la medida «ante la falta de recursos y respuesta por parte del Gobierno español» y «la insuficiencia del sistema estatal de acogida».
Operación de traslado
La operación de traslado, en la que ha colaborado además personal de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), ha llevado toda la mañana. Ha culminado con el embarque ordenado de todos los africanos, con algunas de sus pertenencias, en las furgonetas de la Cruz Roja. Los vehículos han partido sobre la 13.00 horas de la calle Ferrerías rumbo a una hospedería del complejo del Santuario de Arantzazu.

La mañana ha sido movida para los aproximadamente 50 africanos que han vivido hasta hoy, con colchones, sillas y otros enseres, en los soportales de la plaza de las Cofradías Donostiarras y calles aledañas. Todos son varones, en su mayoría jóvenes y procedentes principalmente de Mali. También hay algunos de Senegal, Costa de Marfil y Nigeria, entre otros países.
Tras el desayuno que, como cada día, les han dado sobre las 9.30 horas varias vecinas de Amara Berri, estas les han comunicado que las instituciones vascas habían habilitado un recurso para que pudieran vivir dignamente. En ese momento, han comenzado los abrazos y agradecimientos, y las primeras despedidas.
Poco después, se ha conducido a todos al cercano colegio público de Amara Berri. Allí, les han explicado que iban a ser alojados en condiciones dignas en un recurso del interior de Gipuzkoa, a una hora de distancia en coche.
A esta reunión, han asistido la delegada municipal de Acción Social, Mariaje Idoeta, una técnica del departamento foral de Políticas Sociales y personal de CEAR, que se ha encargado de registrar a todos ellos y darles un tique con un número para beneficiarse de la evacuación.
Cercana relación con los vecinos
Una vez terminado el procedimiento, han regresado a la plaza. Hasta su marcha, han conversando con los vecinos que les han ayudado durante semanas, con los que han entablado una cercana relación y se han despedido con abrazos.
Después, y con la ayuda de una veintena de voluntarios, han subido a los vehículos de la Cruz Roja, que han partido en caravana entre aplausos.

Según han explicado a EFE varias vecinas, unos 80 donostiarras del barrio han estado desde mediados de junio dando de comer a los migrantes asentados. Se han organizado en en dos grupos de Whatsapp. Al mismo tiempo, un grupo ciudadano se ha encargado también de repartir, a éstos y otras personas sin hogar de asentamientos cercanos, más de cien «cenas solidarias» en un lugar próximo.
Itziar, Mertxe, César y Celicia han «agradecido» y destacado «el buen comportamiento de todos estos pobres chicos». Se han mostrado satisfechas porque «por fin» las instituciones les hayan «buscado un solución para vivir con dignidad».
Los malienses Djgui (25 años) y Lakami (26), y el guineano Telly, entre otros, no han hecho otra cosa que sonreír, agradecer y mostrar como podían su gratitud al vecindario.
Dormir en una cama de verdad
En francés o en un precario español, han dicho frases tan elocuentes como que «al fin» podrán dormir «en una cama de verdad» y ducharse. Y han asegurado que han estado en «muchos sitios» desde que salieron de sus países «pero que como aquí, en ningún sitio» les ha tratado tan bien la gente.

De los migrantes evacuados, algunos ya han tenido su primera cita en dependencias de la Policía Nacional de San Sebastián. Han obtenido la «Manifestación de voluntad de presentar solicitud de protección internacional». Ese documento «acredita» oficialmente dicha intención. Además, «autoriza a permanecer en España» hasta la fecha de comparecencia ante la Brigada Provincial, para cursar formalmente la petición de asilo.
Sin embargo, muchos de los que han viajado este viernes de San Sebastián a Oñati no han logrado obtener esa primera cita. La razón es que el teléfono que en el que se solicitan «solo está habilitado dos horas un día a la semana», ha denunciado una de las voluntarias.