El acusado de matar a su yerno durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Oviedo. EFE/J.L.Cereijido/Archivo.

El acusado de matar a su yerno de 25 puñaladas alega defensa propia

Oviedo (EFE).- El vecino de Mieres acusado de asesinar de 25 puñaladas a su yerno, del que su hija se estaba divorciando, para evitar que el hijo de la pareja, de 2 años, pasara con él el fin de semana ha alegado que lo mató en defensa propia.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo ha acogido este lunes la primera de las cinco sesiones del juicio con jurado popular contra Juan Antonio F.R., de 72 años, quien ha admitido que apuñaló a la víctima “al menos una vez en la barriga”, el 12 de noviembre de 2019 en el domicilio de la víctima en Mieres.

El acusado ha declarado que la víspera del crimen su yerno se había presentado en su domicilio, también en Mieres, para hablar de la situación familiar después de que un juzgado atribuyera la guarda y custodia de su hijo a la madre, mientras que reconocía el derecho de visita del padre los fines de semana alternos de cada mes con pernocta.

El procesado ha asegurado que ese día su yerno le amenazó diciendo que su mujer y él eran “los culpables de todo” lo que le pasaba y que si no se arreglaba les mataría.

Juan Antonio F.R., que sintió un “miedo relativo” porque pensaba que el asunto “se iba a arreglar y no iba a pasar nada”, se desplazó al día siguiente a la casa de su yerno para “aclarar lo sucedido”.

Familiares de la víctima a las puertas de la Audiencia. EFE/J.L.Cereijido.

Según su relato, su yerno le abrió la puerta y le pidió que le esperara en la cocina mientras se iba a vestir y, a su vuelta, le cogió “en volandas” y lo arrojó contra el fregadero.

El acusado ha admitido que entonces vio un cuchillo, lo cogió y se lo clavó “en la barriga” sin darse cuenta de cuántas veces lo hizo.

Juan Antonio F.R., quien ha dicho no recordar qué hizo después con el cuchillo, que no ha sido localizado, ha explicado que a continuación fue “directo a la comisaría” para confesar que había “apuñalado en la barriga” a su yerno sin saber “si estaba vivo o muerto”.

La Fiscalía solicita que se imponga al acusado una pena de 22 años de cárcel y 10 de libertad vigilada por un delito de asesinato con la atenuante de confesión, mientras que el abogado Ignacio Botas, que ejercita la acusación particular, eleva la petición a 25 años de prisión por un delito de asesinato con las agravantes de alevosía y aumento deliberado del sufrimiento a la víctima.

Por su parte, el abogado defensor, Antonio Pineda, califica los hechos como un delito de homicidio por el que pide una pena de siete años de cárcel y de forma alternativa, en caso de que se considere que fue un asesinato, de 12 años de prisión.

Empleó una “gran fuerza”, según los policías

Durante la sesión también han testificado una decena de agentes que han sostenido que el procesado tuvo que utilizar “un cuchillo contundente” y emplear una “gran fuerza” porque infligió a la víctima heridas “profundas” en cabeza, cuello, tronco y brazos.

De hecho, han apuntado que el procesado seccionó parte del hueso de la muñeca y provocó una lesión de 60 centímetros desde el pecho hasta los riñones.

Un crimen, perpetrado el 12 de noviembre de 2019, que destacó por su “brutalidad”, según ha explicado un jefe policial, que ha relatado que cuando llegó al domicilio de la víctima y vio su cadáver en la cocina, en medio de un charco de sangre, pensó que “se había producido una carnicería”.

El testigo ha mencionado la “frialdad absoluta” de la mujer y la hija del acusado cuando les comunicó su detención por la muerte del yerno y exmarido, respectivamente, ya que sólo le comentaron que el procesado necesitaba una medicación, sin preguntar lo que había ocurrido, mientras otro agente ha dicho que sus únicas palabras fueron: “Vaya, ¡este hombre!”.

El acusado de matar a su yerno durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Oviedo. EFE/J.L.Cereijido

Un arma “contundente y muy afilada”

Los agentes han coincidido en que el arma tenía que ser “contundente y muy afilada”, dada la profundidad de las heridas, pero han discrepado sobre el estado anímico en el que se encontraba el acusado cuando acudió a Comisaría para confesar los hechos, ya que mientras unos aseguran que estaba “bastante tranquilo, lo que llamaba la atención”, para otros estaba “algo alterado”.

El arma blanca utilizada aún no ha sido localizada y, según han explicado los agentes, se desconoce qué hizo el acusado para deshacerse del mismo, ya que aunque creen que se dirigió al río no llegaron a revisarlo debido al abundante caudal con el que bajaba esos días.

Sólo apareció otro cuchillo, en un solar cercano al domicilio de la víctima, pero descartaron que se tratara del empleado en la agresión porque “sólo medía 15 centímetros” y suponen que la víctima fue apuñalada con uno “de grandes dimensiones”.

Antes del inicio de la sesión y a las puertas de la Audiencia, la hermana de la víctima, Mari Carmen Salazar, ha pedido “que se haga justicia” porque “no hay derecho que por querer ejercer como padre te quiten de en medio”. EFE