Gijón (EFE).- El presidente de la Sociedad Española de Médicos Internistas (SEMI), Jesús Díez Manglano, ha subrayado este miércoles la necesidad de repensar el sistema sanitario público, tanto a nivel de atención primaria y especializada, para adaptarlo a las necesidades actuales del paciente, más envejecido y con mayor morbilidad, y de que los políticos tomen decisiones “valientes” para impulsar su mejora.
Así lo ha afirmado Díez Manglano durante el 43 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que se celebra hasta el viernes en Gijón con la presencia de alrededor de 2.300 profesionales.
El presidente de la SEMI, sociedad que agrupa a más de 7.000 internistas, ha afirmado que España cuenta con un sistema sanitario público “muy bueno” que ha sido la “envidia” de otros países, pero ha precisado que en este momento “está sufriendo” y se encuentra en una situación “difícil de tensión”.
“En nuestro país tenemos que repensar de nuevo la sanidad”, ha sostenido Díez Manglano, quien ha recordado que el actual sistema sanitario público se desarrolló en los años 80 y 90 del siglo XX y es necesario repensarlo “desestimando las acciones que no aportan valor a los pacientes” y adaptándolo a las necesidades de la población que está envejeciendo y tiene mayor morbilidad.
El presidente de SEMI se ha referido a la multitudinaria manifestación que se produjo hace dos semanas en Madrid en defensa de la sanidad pública, una protesta en la que, a su juicio, “lo que dijo la población” es que hay que “repensar” la sanidad.
Políticos, administradores y gestores valientes
“Necesitamos políticos, administradores y gestores valientes que tienen que tomar decisiones que a veces no son fáciles”, ha admitido Díez, quien ha considerado que deben adoptar decisiones “valientes” aunque puedan ser poco populares con el fin de adaptar la organización de la sanidad a las necesidades de la población.
Según ha expuesto, en la actualidad son más habituales las pluripatologías y las personas quieren que les traten “de la mejor manera posible”, para lo que es necesario hacer un “plan de tratamiento que se adapte” como un “traje específico” a los pacientes.
Para ello, es necesario que un solo médico pueda “atender la mayor parte de las necesidades de una persona”, una figura que en Primaria es el médico de atención primaria y en el hospital, el internista.
Sin embargo, ha apuntado que tras la covid los internistas como colectivo están “agotados” ya que el 80% de los pacientes ingresados por covid en pandemia fueron atendidos por internistas y ahora se tienen que tratar las enfermedades crónicas que no se atendieron en pandemia y a los afectados por el covid persistente.
Por ello, ha considerado necesario aumentar entre un 5 y un 10 % el número de estos especialistas, desde los 9.000 que estima que actualmente están trabajando.
Díez sostiene que la covid-19 ha enseñado que no se puede fragmentar la asistencia sanitaria, sino que “hay que ser integradores para dar a cada persona lo que más necesita”, por eso es contrario a la creación de nuevas especialidades y apuesta por crear nuevas áreas de conocimiento. EFE