El Museo de Bellas Artes de Asturias incorpora ocho nuevas obras depositadas por el Museo Nacional del Prado. EFE/J.L.Cereijido.

El Prado sigue ‘extendiéndose’ en Asturias con la cesión de ocho obras más

Oviedo (EFE).- El Museo de Bellas Artes de Asturias expone desde hoy siete pinturas y una escultura cedidas por el Museo Nacional de El Prado que pasarán a formar parte de la colección permanente de la pinacoteca regional para enriquecerla con obras de los siglos XVII, XIX y XX y que se añaden los nueve cuadros del siglo XIX asturiano incorporados por la misma vía en 2022.

Entre los autores que conforman este nuevo ingreso se encuentran nombres ya presentes en la colección, pero también otros hasta ahora nunca expuestos como una obra del taller de Guido Reni (Bolonia, 1575-1642), autor del que el Museo del Prado ya había cedido otra obra (Lucrecia dándose muerte, primera mitad del siglo XVII) y que verá así incrementada su presencia en Asturias.

El resto del conjunto pertenece al fondo de arte del siglo XIX y, entre los autores que lo integran se encuentran José Robles y Martínez (Madrid, 1843-1911) y Tomás Campuzano Aguirre (Santander, 1857-Becerril de la Sierra, Madrid, 1934), de quienes el Museo de Bellas Artes de Asturias recibió el pasado año otros ejemplos procedentes del Prado.

Su presencia se ve así mejorada a través de un retrato – Florinda, 1894-, obra de Robles y Martínez y un paisaje asturiano titulado Ribera de Cudillero (1884-1885), que muestra el paso de Campuzano por la Asturias de finales del siglo XIX.

Otro de los creadores ya presentes en la colección es uno de los pintores más importantes del arte asturiano del siglo XIX, Luis Menéndez Pidal (Pajares, 1861-Madrid, 1932) del que se incorporan tres obras: Un éxtasis de San Francisco (1888) – ejemplo de temática religiosa pintado por Menéndez Pidal durante su estancia en Italia en 1885-; Al trabajo (h. 1908) – pintura costumbrista ambientada en su pueblo natal- y Gnomos alquimistas (1912), pieza relacionada con el mundo de la minería.

Entre los nombres nuevos figura el de Julia Alcayde (Gijón, 1855-Madrid, 1939) al ser la primera mujer asturiana que se convirtió en una pintora de éxito en el siglo XIX, no sólo por su asidua participación en certámenes nacionales sino por ser una de las grandes bodegonistas de su tiempo.

El Prado ha depositado la obra titulada Frutas, un ejemplo de 1911 que muestra una composición de frutas ambientada en la naturaleza en la que Alcayde entrelaza el género del bodegón dentro de un contexto de paisaje.

La última obra corresponde a una escultura de Manuel Antonio Menéndez Entrialgo (San Andrés de la Pedrera, Gijón, 1861-1925) titulada El mejor amigo (1899).

Las obras, repartidas entre el Palacio de Velarde y la Casa de Oviedo-Portal, forman parte del proyecto denominado Prado Extendido, un plan que busca reposicionar la colección de la pinacoteca madrileña a partir de una cuidada y precisa política de depósitos mediante la presencia y visibilidad de su colección en todo el territorio nacional. EFE