La presidenta de FADE, María Calvo (2-d), se fotografía con varios ponentes tras la presentación del informe. EFE/Paco Paredes.

Los empresarios encaran 2023 con cautela e incertidumbre, pero sin pesimismo

Oviedo (EFE).- El empresariado asturiano, acostumbrado a crisis y reconversiones, encara con “cautela e incertidumbre” 2023, un año marcado por el precio de la energía, la escalada de los tipos de interés y un aumento de precios que, aunque complican la vida de sus compañías, no les hace caer en el pesimismo, según la presidenta de la patronal, María Calvo.

Estas conclusiones se extraen de un informe realizado por la consultora KPMG, y presentado este miércoles en la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), en el que se analizan las previsiones, expectativas, prioridades y demandas del tejido empresarial asturiano para este año.

Aunque la incertidumbre del momento ha supuesto un replanteamiento en las perspectivas económicas de los directivos asturianos, “no ha empañado el optimismo de sus expectativas empresariales” ya que prevén aumentar este año su facturación e incrementar sus inversiones por encima de la media nacional, según Eduardo González, responsable de este estudio en Asturias.

La guerra de Ucrania y su repercusión en los precios de la energía y las materias primas llevó a que la producción industrial asturiana se contrajera un 0,5 por ciento en 2022, frente a un incremento del 2,4 en el conjunto del país, tendencia que los empresarios esperan se atenúe a medida que pasan los meses.

Los empresarios, sin embargo, echan en falta medidas de apoyo para la empresa y la economía, un marco legal estable y un escenario que incentive la inversión, según la presidenta de la patronal, que ha incidido en que los fondos europeos Next Generation “pueden y deben servir para poner fin a los problemas estructurales y enquistados de la economía asturiana”.

Mejores perspectivas de facturación e inversión

Para la mitad de las empresas del Principado, la situación nacional de la economía actualmente es regular y para el 32 por ciento mala, porcentaje que se eleva hasta el 58 por ciento al referirse a la economía del Principado, pesimismo que se refleja también en cuanto a las perspectivas a corto plazo, ya que el 38 por ciento considera que va a empeorar y el 52 por ciento que permanecerá invariable.

No obstante, los directivos asturianos se muestran más optimistas que la media nacional en cuanto al incremento de su facturación e inversiones o respecto a las perspectivas económicas de sus empresas, aunque son más prudentes en cuanto a la creación de empleo ya que menos de la mitad piensa que mantendrá sus plantillas y sólo una cuarta parte cree que podrá ampliar puestos de trabajo.

Nueve de cada diez directivos asturianos también tienen claro que la principal prioridad para sus empresas pasa por avanzar en la transformación digital, y que la innovación y la implantación de nuevas soluciones tecnológicas también favorecerán nuevas vías de crecimiento, así como la apuesta por la sostenibilidad.

Con la innovación presente como palanca de crecimiento, una de cada tres empresas reconoció también que durante el pasado fue objeto de algún tipo de ciberataque, en la media del resto del país.

Escasez de talento

Cuatro de cada diez directivos plantean que el principal problema para conseguir crecer más se encuentra en la retención del talento, y seis de cada diez advierten de la necesidad de contar con una mayor simplificación burocrática y administrativa.

De hecho, para seis de cada diez, la escasez de talento, conocimiento y experiencia es un riesgo para sus negocios y para el 42 por ciento de los encuestados, sólo se puede acometer con éxito la transformación digital con la incorporación de un talento que es difícil de encontrar.

Junto a esa escasez de talento, la mayor parte de los empresarios sitúan las presión inflacionista y la incertidumbre política como las principales amenazas para los próximos doce meses, en los que la volatilidad de los precios y los costes energéticos también figuran entre sus principales preocupaciones.

La relevancia que dan a la flexibilidad no se traduce, sin embargo, en un impulso del teletrabajo ya que uno de cada tres empresarios piensa que el modelo de trabajo más común en los próximos tres años va a ser el presencial.

Para González, Asturias se enfrenta a un periodo “tan desafiante como prometedor” con la digitalización y la sostenibilidad como bases sobre las que proyectarse y crecer, con la retención del talento como principal valor diferencial.

Asturias cerró 2022 con una inflación del 5,8 por ciento, un incremento del PIB del 1,3 por ciento y una tasa de paro superior al 14 por ciento, por encima de la media nacional. EFE