Imagen de archivo de la manifestación por la oficialidad del asturiano. EFE/Paco Paredes

La oficialidad se aleja tres escaños con el nuevo parlamento asturiano

Oviedo (EFE).- El resultado de las elecciones autonómicas celebradas hoy en Asturias aleja en tres escaños la posibilidad de que el asturiano y el asturiano-gallego -la ‘fala’ tradicional de los municipios limítrofes con Galicia- tengan carácter oficial en el Principado mediante una reforma estatutaria que ya fracasó en la anterior legislatura.

Así, los 19 escaños obtenidos por el PSOE, los 3 de IU y el único de Podemos -las tres únicas formaciones partidarias explícitamente de la oficialidad- se sitúan ahora a 3 de los 27 necesarios para impulsar una reforma estatutaria en una Cámara autonómica en la que PP, Ciudadanos, Foro y Vox sumaban en la pasada legislatura 19 votos y la derecha cuenta ahora con 21 (17 del PP y 4 de Vox).

A ellos se añade el único diputado de Foro, cuyo programa electoral proponía para el asturiano y la fala “como lenguas propias de Asturias” un “reconocimiento oficial” que cumpla lo previsto en la Constitución “adaptándose a la realidad sociolingüística” del Principado y garantice su uso con pleno efecto jurídico para sus hablantes y la voluntariedad para quienes no la conozcan o no la quieran usar.

Fracaso de la negociación del Estatuto de Autonomía

Hace cuatro años, y derivado del cambio de la postura tradicional de la FSA-PSOE tras el acceso de Adrián Barbón a la secretaría general, la composición de la Cámara autonómica elegida entonces dejaba la oficialidad a un solo voto de los 27 necesarios -las tres quintas parte del parlamento- para impulsar una reforma estatutaria que incluyera esa medida.

A lo largo de cinco meses entre 2021 y 2022 se llevaron a cabo unas negociaciones para reformar el Estatuto rotas finalmente tras constatar el Gobierno que Foro no aportaría su imprescindible voto para sumarlos a los 26 escaños con que contaban el PSOE, Podemos e IU mientras PP, Ciudadanos y Vox se mantenían firmes en su rechazo a la cooficialidad del asturiano y del gallego-asturiano.

Si PP y Ciudadanos justificaron su rechazo al subrayar que la comunidad ya cuenta desde 1998 -y aprobada por el único gobierno popular que ha tenido Asturias- con una Ley de Uso y Promoción del Bable/Asturiano y considerar que la oficialidad iba a suponer una imposición de una llingua que carece de la necesaria demanda social, Vox la calificó como “el bebé del monstruo nacionalista”.

Tanto el Gobierno de Adrián Barbón como la Federación Socialista Asturiana (FSA-PSOE) insistieron por activa y por pasiva en que el objetivo era implantar un modelo de “oficialidad amable”, que consolidara derechos al hablante sin suponer imposiciones.

No obstante, la derecha puso en duda ese modelo al entender que la oficialidad supone de facto que la administración estaría obligada a atender en asturiano, en cualquier lugar y en cualquier momento, al ciudadano que así lo exigiera amparándose en la norma de mayor rango autonómico.

Por el contrario, según el PSOE, dentro de una reforma estatutaria que debe ser aprobada también por mayoría absoluta en las Cortes Generales, el reconocimiento de la oficialidad sería solo un primer paso y una ley posterior concretaría con el mayor consenso posible la manera de aplicarla.

Foro exigió una reforma fiscal

Foro accedió a iniciar las conversaciones si se garantizaba que dicha ley requiriera la misma mayoría que cambiar el Estatuto, cuya reforma acabó vinculando a otra en el ámbito fiscal que incluía por ejemplo, la práctica supresión del impuesto de sucesiones, que IU rechazó de manera frontal y el PSOE se negó a asumir sin el respaldo explícito de Podemos y la coalición de izquierdas.

“Asumo este revés como un fracaso colectivo, como una oportunidad perdida que solo va tener solución si los grupos partidarios de la oficialidad suman al menos 27 escaños la legislatura próxima”, dijo entonces Barbón que ha garantizado que ahora seguirá siendo uno de sus compromisos. EFE