Madrid/Oviedo, 20 jun (EFE).- La contaminación del aire repuntó el pasado año en Asturias a causa del intenso calor y la ausencia de lluvias atribuidos al cambio climático y por la finalización de las restricciones a la movilidad que se aplicaron por la pandemia de la covid-19, según el informa anual elaborado por Ecologistas en Acción.
El informe, que parte del análisis de los datos obtenidos por 67 estaciones de medición repartidas por la comunidad, concluye que “la totalidad de la población y del territorio asturianos estuvieron expuestos el año pasado a unos niveles insalubres de contaminación”.
De acuerdo a los resultados de este análisis, la calidad del aire en Asturias empeoró respecto a los años 2020 y 2021 con “un aumento significativo de los niveles de ozono y más matizado de partículas en suspensión” (PM10 y PM2,5) y dióxido de nitrógeno (NO2), aunque sin alcanzar estos dos contaminantes las concentraciones habituales en años anteriores a la pandemia.
Cinco estaciones, por encima de niveles de PM10
En el caso de los niveles de partículas PM10 (de menos de 10 micras) sí se excedieron dichos límites legales en cinco estaciones, dos en Avilés (Matadero y Portería) y tres en Gijón (Avenida de la Argentina, El Lauredal y Santa Cruz).
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea.
De acuerdo a esos umbrales, el aire contaminado afectó en 2022 “a la totalidad de la población y del territorio asturianos”, aunque si se toman los estándares de la normativa, más laxos que las recomendaciones de la OMS, “no habría población que hubiese respirado aire contaminado ni superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación”.
Ecologistas piden planes de mejora
Sin embargo, el aire que respiraron siete de cada diez asturianos incumpliría los nuevos estándares legales propuestos por la Unión Europea para 2030, en el proceso de revisión en curso de la normativa de calidad del aire.
Ecologistas en Acción recuerda que los planes de mejora de la calidad del aire son obligatorios según la legislación vigente, pero lamenta que “en muchos casos no existen, y en otros son inefectivos por falta de voluntad política”.
Respecto a Asturias, la organización considera que los planes aprobados por el Principado de Asturias para Avilés y Gijón “no han resuelto los problemas de contaminación por partículas”, especialmente en la zona oeste de la ciudad más grande de la comunidad.
La contaminación subió en toda España
De acuerdo al informe de Ecologistas en Acción, toda la población española estuvo expuesta en 2022 a “niveles insalubres de contaminación”, en un año en el que empeoró la calidad del aire respecto a 2020 y 2021 por el aumento de las temperaturas y la escasez de lluvias, pero, sobre todo, por el repunte del tráfico y de la actividad económica.
El estudio, basado en mediciones de 780 estaciones de control de contaminación repartidas en 132 zonas de España y que incorpora datos de los principales aeropuertos y puertos, el año pasado, toda la población española y el 92 % de los territorios nacionales estuvieron expuestos a “niveles insalubres de contaminación” tras el fin de las restricciones por covid de los dos ejercicios anteriores.
No obstante, aunque en 2002 hubo un aumento significativo de los niveles de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) y más matizado de dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico respecto a los dos años precedentes, estos dos contaminantes no alcanzaron las concentraciones registradas en los años anteriores a la pandemia.
Niveles de ozono “disparados”
El aumento significativo de los niveles de partículas en suspensión provenientes del norte de África y de dióxido de nitrógeno concentradas en el “intenso tráfico de las urbes” refleja “la preocupante situación que atraviesa la calidad del aire en España”, acentuada en 2022 por “los registros más cálidos y secos desde, al menos, 1961”, ha subrayado el coordinador del informe, Miguel Ceballos, en la presentación del mismo ante la prensa.
Las tres olas de calor sufridas durante el verano y la escasez de precipitaciones “dispararon los niveles de concentración ozono”, el tercer factor al que combatir junto al polvo y el dióxido de nitrógeno en un contexto en el que el cambio climático, “pese a no ser la causa, agrava y dificulta el impacto de la contaminación”, ha puntualizado Ceballos.
Si se toman como referencia los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el aire contaminado afectó a la totalidad de la ciudadanía nacional y a 463.000 kilómetros cuadrados, el 92 % del territorio”.
No obstante, en cuanto a los umbrales que ambiciona el objetivo a largo plazo de proteger la vegetación de la Unión Europea, la cifra de afectados se reduce a “7,6 millones de personas y 95.000 kilómetros cuadrados de extensión”, lo que significa que cuatro de cada cinco españoles respiraron en 2022 un aire que incumpliría los nuevos estándares legales propuestos por la UE para 2030.
Hasta 25.000 fallecidos al año
La absorción de un aire de pobre calidad provoca enfermedades respiratorias y cardiovasculares “padecidas fundamentalmente por niños, ancianos, individuos con afecciones y patologías y las embarazadas”, ha remarcado el responsable del Área de Calidad del Aire de la organización ecologista, Paco Segura.
En este sentido, “hasta 25.000 personas fallecen prematuramente por este problema, 15 veces más que por accidente de tráfico”, según Segura, que ha alertado de que mediciones a las puertas de instituciones educativas demuestran “el inquietante riesgo” que supone que el aire asimilado por el alumnado sobrepase “el doble de los parámetros de contaminación que se consideran legales”.
Ante esto, la encargada de Internacional de Ecologistas en Acción, Nuria Blázquez, ha instado a potenciar una movilidad sostenible y alternativa a la convencional, a adoptar una producción limpia que se apoye en el ahorro energético y en las renovables y a implantar zonas de bajas emisiones en “las 150 ciudades donde ya deberían estar operativas, cuando en la actualidad no se rebasan las 10”.
Por zonas, el informe señala que las partículas PM10 presentaron en Canarias la peor situación de la última década. Pese al desplome general del NO2 en un 20 % respecto al nivel medio entre 2012 y 2019, Barcelona volvió a superar el límite legal anual y Madrid lo igualó. EFE