Madrid (EFE).- Casi 20 años después de que Ángeles Caso publicara “Las Olvidadas”, la historiadora y comunicadora regresa con “Las Desheredadas”, un libro en el que recupera a mujeres creadoras, escritoras, científicas, ilustradoras o feministas de los siglos XVIII y XIX.
“Las desheredadas” (Lumen) amplía el canon histórico tradicionalmente masculino y recorre la vida de estas mujeres relevantes, que en su día alzaron la voz y destacaron en diferentes campos y que luego pasaron a ser borradas o silenciadas.
El libro recupera la vida de pintoras como Élisabeth Vigée Le Brun o Aldelaïde Labille-Guiard; de ilustradoras como lady Mary Montagu o la duquesa de Osuna; de científicas como la marquesa de Châtelet o las revolucionarias Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft.
También incluye escritoras como Mary Shelley, las Brontë o Emilia Pardo Bazán o primeras feministas como Flora Tristán, Concepción Arenal o Rosario de Acuña.
“Todo mi trabajo como historiadora se centra en el objetivo fundamental de deconstruir el relato histórico patriarcal que hemos recibido y reconstruirlo iluminando la vida de esa mitad de la población humana, de la población de la que nunca nos han hablado, la población femenina”, explica a EFE la autora.
“Si yo miro hacia el pasado -continúa Caso-, el género al que pertenezco parece una enorme masa amorfa de seres anónimos, sin interés y sin historia. Pero eso no es verdad, responde a la mirada patriarcal de los sabios que inventaron la historia como disciplina académica moderna en el siglo XIX”, añade.
Grandes mujeres artistas
La historiadora del arte estadounidense Linda Nochlin, una de las líderes en los estudios de feminismo, se preguntó en 1971 por qué no había habido grandes mujeres artistas, una pregunta clave de la que se desprendieron infinidad de investigaciones y reflexiones para contrarrestar el relato histórico.
Y Ángeles Caso ha seguido también este camino. “Cuando Nochlin y otras muchas historiadoras empezaron a investigar sobre las artistas en la década de 1970, parecía que apenas había habido ninguna relevante. Ahora sabemos que sí que las hubo, y muchas, pero las habían ocultado o incluso les habían saqueado la obra.
“Estaban enterradas en los almacenes de los museos, exhibidas bajo el nombre de un pintor varón o colgadas en los rincones más oscuros e inexistentes en los libros, o mencionadas solo como artistas aficionadas y musas, cómo no, de los artistas varones”.
Pero “Las olvidadas” no es un manual al uso, lo que hace Caso no es reconstruir la vida de algunas mujeres, sino que construye el contexto en el que vivieron y crearon.
La autora recupera a algunas españolas poco conocidas, como Josefa de Amar, “las valientes señoras de la Junta de Damas” del Madrid del XVIII, Gertrudis Gómez de Avellaneda o Rosario de Acuña.
“Sigo sintiendo que en nuestra historia hay muchos vacíos, que faltan nombres. Espero que haya jóvenes historiadoras (e historiadores, claro) que sigan profundizando en esta senda”, concluye.-EFE
