El líder del PRC y ex presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. EFE/Alberto Aja

Revilla marca el paso

Pilar Palazuelos|

Santander (EFE).- Cuando los dirigentes del PRC abandonaban el Paraninfo de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, donde han celebrado su asamblea, sonaba su música de cabecera, la que les acompaña en muchos actos. Y como en la canción de Nando Agüeros, su incombustible líder, Miguel Ángel Revilla, les ha dejado claro, con la mismísima fuerza del “Viento del norte”, que todavía manda él y que los tiempos los marca él.

“Voy a estar ahí siempre vigilante, tutelando, dispuesto a dar mi opinión, mis consejos”, ha aseverado Revilla en la intervención con la que ha abierto la Asamblea de Dirigentes del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), un órgano que la última vez que se reunió fue en 2017, y en el que los cargos electos y orgánicos estaban llamados a perfilar la hoja de ruta futura del regionalismo.

Pero ya desde la apertura de la sesión ese futuro, al menos el más próximo, lo ha despejado el líder. Revilla destapó sus cartas enseguida y abordó sin tardar el gran melón que tiene por delante el PRC, su sucesión.

Y lo hizo para volver a dejar patente que él marca el paso, que él pone el cronograma y que los suyos le deben lealtad y ese derecho a decidir tras 40 años dedicado en cuerpo y alma al partido y a Cantabria.

Y aunque sabe que hay voces internas que vienen reclamando el relevo prácticamente desde que se perdió el Gobierno regional, él no se esconde: los tiempos son cosa suya como secretario general elegido por unanimidad en el último cónclave y ‘padre’ del regionalismo cántabro.

Cuando él diga

“Ya sé que todo el mundo quería el congreso. ¿Quién? Cuando yo diga, cuando yo quiera, que lo tengo todo pensado… y me merezco la confianza del partido para que se deposite en mí esa prerrogativa”, ha destacado.

Revilla ha pedido a sus correligionarios que, cuando sea, haya un “congreso ejemplar” para elegir su recambio, con un mensaje claro: la sucesión es “secundaria”.

El secretario general del PRC, Miguel Ángel Revilla, interviene en la Asamblea de Dirigentes de su partido celebrada en Santander. EFE/Pedro Puente Hoyos

También apunta a lo que hoy se antoja una quimera: es su deseo que quien le suceda concite el respaldo de todos, y apela a las emociones, a la lealtad y a los más nobles sentimientos, porque lo que no quiere ver ni en pintura son episodios cainitas en el PRC.

Para convencer, tira de actualidad televisiva, advirtiendo sobre la imagen que da que quien “prácticamente” puso en pie un partido esté en un programa nocturno de entretenimiento echando pestes de quien ahora lo lidera.

Más PRC

Lo de hoy no debería sorprender. Revilla ya lanzó un aviso a navegantes en la última comida de Navidad del PRC, en la que desinfló las expectativas de quienes querían una sucesión rápida tras la debacle electoral de mayo pasado.

Entonces ya echó el freno de la sucesión y lo dejó cristalino ante un millar de simpatizantes y militantes: anunció que seguiría de secretario general al menos un año más.

En esta Asamblea, ha vuelto a echar un jarro de agua fría sobre el relevo. A su entender, no hay que empezar la casa por el tejado y ahora es el momento de que el partido y la organización se fortalezcan.

Aunque “por razones biológicas” -su edad, 81 años- podría ser momento de dejar el liderazgo a otros, su tarea ahora es seguir al mando mientras el partido se rearma, a la vez que pone en valor ante la ciudadanía una hoja de servicios, la regionalista, que para su líder no tiene parangón.

Hoja de servicios

Al PRC le debe Cantabria su nombre y la autonomía, ha subrayado Revilla, que ha enarbolado “logros” reivindicativos ante el Gobierno central, con el AVE, el pago de la deuda del Hospital Valdecilla u obras como la del Desfiladero de la Hermida como bazas para recuperar la confianza ciudadana.

Con ese bagaje cree Revilla que los regionalistas deben presentarse a las próximas elecciones generales, que augura que no tardarán en llegar por el panorama parlamentario endiablado y las perspectivas que dejan los resultados de los comicios catalanes. Pedro Sánchez no tiene apoyos y habrá que volver a las urnas. Ése es su vaticinio.

Lo que no esconde es que es una faena hacerse viejo, y que si pudiera le gustaría seguir en la cresta de la ola, luchando por su partido y por la región. “Ya me jode, si tuviera 40 años me recorría Cantabria de cabo a rabo para seguir dinamizando esta tierra”, ha resaltado.