Guillermo Amaya. EFE/José Manuel Vidal

Una cueva para el arte contemporáneo

Sevilla (EFE).- La cueva es el ámbito tradicionalmente asociado al arte rupestre o prehistórico pero ahora, por uno de esos extraños azares del destino, una galería dedicada al arte contemporáneo ha abierto sus puertas en un pequeño local del centro de Sevilla que integra un subterráneo que los galeristas ya denominan como “la cueva”.

La nueva galería de arte se llama precisamente “Domo” en alusión a su significado como bóveda por la forma de su parte subterránea, de la que hasta ahora nadie ha podido documentar su origen, si fue aljibe, bodega o almacén, según ha explicado a EFE su codirector Guillermo Amaya.

Amaya, que dirige el nuevo espacio junto al también galerista Manuel Núñezdedios, ha asegurado que la casa de la que el local forma parte data del siglo XIX pero que “la cueva” es sin duda anterior, si bien aún no han podido establecer una fecha de construcción de este curioso espacio rectangular, abovedado, construido con ladrillo y que aún conserva parte de una antigua escalera, ya cegada.

Taller de costura

Lo que sí han determinado los galeristas, con testigos que lo conocieron, fue que la cueva sirvió de taller de costura en la posguerra, especializado en la confección y arreglo de uniformes militares de gala.

Otros vecinos aseguran que durante los años sesenta o setenta fue cobijo de reuniones políticas clandestinas, si bien este dato aún no han podido confirmarlo.

El primer espacio de Domo, casi a pie de calle es una pequeña sala de exposición de techos elevados y completamente blanca, lo que contrasta fuertemente con el segundo espacio, el de la cueva, oscuro, de ladrillo visto y de luz más tenue.

Esa inesperada mezcla de espacios y ambientes guarda relación con el título de la exposición inaugural de Domo como galería de arte, “Creer no es saber”, una idea que también está presente en las obras del malagueño Juan Manuel Rodríguez (Málaga, 1979).

El cuadro ubicado junto a la entrada de la galería, que aparentemente es el reverso de un cuadro pero que puede girarse -esta sujeto a la pared por unas bisagras- hasta mostrar un bodegón.

Arte figurativo

Menos uno sobre tabla, los quince cuadros de esta primera exposición son sobre lienzo, todos ellos figurativos, lo que ha constituido una apuesta de la nueva galería: “Ha sido una declaración de intereses, no hemos querido ir a lo fácil, porque parece que la figuración no encuentra mucho hueco dentro del arte contemporáneo, aunque como demuestran estas obras, que tienen un lenguaje muy contemporáneo, tienen cabida por completo” en ese ámbito, ha asegurado Amaya.

“En las obras de Juan Manuel Rodríguez no está todo dicho en la pintura, deja un espacio al misterio, y pese a ser un pintor figurativo y naturalista siempre deja un espacio abierto para la interpretación”, ha añadido.

En el programa de esta primera exposición en Domo, Amaya ha escrito que las pinturas de Juan Manuel Rodríguez reunidas en “Creer no es saber”, generan una incertidumbre que sirven de conexión entre ellas porque aunque tienen una “impecable figuración realista” se desconoce “lo que realmente ocurre en ellas”. EFE

Edición web: Alfredo Valenzuela