La escultura de Ernest Hemingway en la Plaza del Castillo de Pamplona. EFE/Villar López/Archivo

El pueblo más bonito para Hemingway, celebra 100 años de su llegada a España

Isabel Laguna I Cádiz, (EFE).- Ernest Hemingway opinaba que Conil de la Frontera era “el pueblo más bonito de España” y lo comparó con Cojimar, la localidad cubana que le sirvió de inspiración para escribir “El viejo y el mar”.

El municipio gaditano devuelve ahora el “piropo” al Nobel con unas jornadas que celebra la próxima semana para conmemorar el centenario de su llegada a España.

“Es como todo era en los viejos tiempos antes de que lo estroperan. Maravillosa playa, buena gente, verdadero pueblo y buenos pescadores como en Cojimar”, escribía el escritor estadounidense en agosto de 1959 en una carta a su hijo Patrick.

Hemingway llegó a Conil de la Frontera ese año de la mano de su amigo el torero Antonio Ordóñez, que buscaba comprar unos terrenos en la zona.

Y con él pasó muchas tardes, bebiendo, charlando y contemplando el cielo y el mar, sentando en una mesa de la que entonces era la única taberna del pueblo, frente al lugar al que llegaban los pescadores con sus barcas tras su faena.

Su estancia en Conil pasó desapercibida

“Mi tío hablaba de que fue como un mes, pero probablemente fue menos”, cuenta hoy Manolo Sánchez, familia de quienes entonces gestionaba “El pasaje”, aquel bar desde el que Hemingway se prendó del pueblo.

La estancia del Nobel en Conil pasó desapercibida. A Manolo Sánchez las historias que le contó su tío, ya fallecido, le rondaron por la cabeza durante años. En una búsqueda en Google uniendo el nombre del pueblo y el del escritor encontró que en un libro de cartas, Hemingway hablaba a su hijo de la localidad.

Guardó aquella huella. En 2019, cuando editó un folleto para celebrar el 90 aniversario del bar, decidió compartir aquella anécdota.

Fue entonces cuando un vecino del bar se acordó de un recorte de periódico que había encontrado entre las cosas de su padre.

Una página de “Diario de Cádiz” publicada el 12 de julio de 1961, días después del suicidio del escritor.

En ella, un hombre llamado Francisco Rubio Fernández y natural de Badajoz, recordaba como una mañana vio en una taberna frente a la playa de Conil al célebre autor y le pidió un autógrafo.

“Tímidamente me acerqué a él y le pedí su autógrafo. Me miró sorprendido. No esperaba, quizá, semejante petición en el silencio de aquella terraza pueblerina… Pero, amablemente apartó con suavidad, con sus duras manos de boxeador, la copa de su whisky y escribió: “para el lector de Conil, el pueblo más bonito de España. Ernest Hemingway”.

Algeciras, primera parada del escritor

Tras el rescate de estos recuerdos, Conil de la Frontera se ha erigido en escenario de unas jornadas internacionales que la próxima semana, del 19 al 23 de abril, conmemoraran la llegada del escritor y Premio Nobel a España.

Expertos de nueve universidades de todo el estado español analizaran la obra, la vida y el pensamiento del escritor estadounidense, en el encuentro “Hemingway y el mar”, en el que participará Emma Marwood, en representación de la embajada de EEUU en España.

En su primera, el catedrático de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) José Antonio Gurpegui, realizará una “Aproximación filosófica a la narrativa de Ernest Hemingway” y el escritor alemán y fundador de la web “hemingwayswelt.de” Wolfang Stock ofrecerá la ponencia “Soñando del mar. El viaje de Ernest Hemingway hacia Cabo Blanco”.

Su relación con Andalucía, con Pamplona, o con la Guerra Civil, con la proyección del documental “Tierra de España”, serán otras de las actividades de estas jornadas.

Aunque en 1919 pisó por primera vez suelo español (Algeciras), cuando recaló en Gibraltar el barco que lo trasladaba a EEUU tras participar como conductor de ambulancias en la I Guerra Mundial, no fue hasta 1923 cuando hizo la primera de las al menos 18 visitas que hizo a España.

Ruta de Hemingway por España

Desde la primera estuvo en los Sanfermines de Pamplona. Durante la Guerra Civil, vivió en Madrid como corresponsal de guerra, defendiendo al bando republicano.

Valencia, Sevilla, Granada y Ronda, fueron otros de sus destinos en el país.

“Se sabe que dos días antes de suicidarse, el 2 de julio de 1961, anuló una reserva que tenía para volver a Pamplona. La poca salud que le quedaba quería disfrutarla en España”, cuenta Manuel Sánchez.

“A su hijo le decía que iba mucho a Cuba porque no podía venir a España. Él mismo se lo impuso no volver durante el franquismo, y creo que desde el 39 al 53 no vino”, añade.

Conil de la Frontera, uno de sus destinos más desconocidos, quiere en estas jornadas, además, impulsar la creación de una ruta que hilvane los lugares por los que el Nobel dejó sus huellas en España. EFE