La banda La Cabra Mecánica actúa en el XVI Festival Músicos en la Naturaleza, en la finca "Mesegosillo", de Hoyos del Espino (Ávila). EFE/ Raúl Sanchidrián

Lichis: “La Cabra Mecánica fue difícil de entender. El cariño ha venido con los años”

José Luis Picón I Málaga, (EFE).- Miguel Ángel Hernando, alias Lichis, cantante de La Cabra Mecánica, admite que la banda fue en su momento “una propuesta difícil de entender” y que “la leyenda, el cariño o el respeto han venido con los años”, ya que el tiempo quizás les ha “dado la razón”.

“Yo no tenía un carisma o un tirón entre cierto sector del público que sí tuvieron artistas posteriores”, afirma en una entrevista con EFE Lichis, que el próximo 21 de octubre ofrecerá un concierto en Málaga dentro de la gira de despedida definitiva de la banda con motivo de su 25 aniversario.

La Cabra Mecánica anunció su separación en 2009 por el deseo de Lichis, que era quien “tiraba del carro”, de hacer “otras cosas”. “Creativamente, pensaba que había llegado a un punto en el que ya no me satisfacía seguir y quise tomar otro camino”.

Antes grabaron unos discos que eran “muy diferentes unos de otros”, porque para Lichis “la música es algo parecido a ser actor, te permite meterte en un montón de situaciones y de personajes y vivir otras realidades, y no por ello es menos auténtico lo que haces”.

“La vida se me va a hacer muy corta. Me gustaría haber hecho un montón de cosas y no me ha dado tiempo a hacerlas, y eso lo reflejo en mi música”, asegura el cantante, que cree que en su carrera en solitario sí ha sido “más unidireccional”.

La rumba catalana

Nacido en Barcelona pero criado en Madrid, uno de los ritmos con los que se asoció a la banda fue la rumba catalana, algo que relaciona con “los recuerdos de los veraneos con la familia materna que se quedó en Cataluña”.

Lichis Cabra Mecánica
El vocalista de La Cabra Mecánica, Miguel Ángel Hernando (Lichis), en un momento de su actuación en el concierto en la capital grancanaria ante 10.500 seguidores. EFE/Ángel Medina G/Archivo.

“En mi casa se escuchaba a Peret y mucha música en catalán. Mi padre, por motivos ideológicos, en los 70 oía la Nova Cançó catalana y canciones comprometidas con el cambio político, y eso fue muy importante para mí”.

Entiende que el público le asocie con La Cabra, pero antes de grabar con esta banda su primer disco -con 27 años-, ya había estado “en cientos de grupos”, y por eso para él esta etapa es solo “algo episódico o anecdótico”.

“Lo de La Cabra fue casi un entretenimiento. Quería componer canciones, incluso odiaba mi voz e intenté buscar un cantante, pero no lo encontré”, asegura.

Sus letras y la censura

Sus letras eran ácidas, pero Lichis defiende que “todo es posible”. “En mi momento, ya me costó muchas censuras lo que hacía, no en el ámbito político e ideológico, pero sí de la industria y de los medios”.

“Hoy tenemos más miedo al linchamiento en la plaza pública, que sucede sobre todo a través de las redes y que los medios alimentan porque también les viene bien. Puedes decir lo que quieras, pero tienes que asumir las consecuencias”.

Añade que “la religión ha dejado de formar parte de la ecuación en el subconsciente colectivo y ya no está como una moral para decir de qué podemos hablar, y la política es ahora en una especie de nueva religión que convierte en brujas e infieles a quien se sale un poquito de un discurso, tanto en la izquierda como en la derecha”.

Sobre sus letras ha “oído de todo, que eran feministas y que eran machistas”, y a él le han llamado “tanto rojo como facha”. “Fuimos muy libres a la hora de expresarnos, y eso lo pagamos en ocasiones”.

El éxito con María Jiménez

La mítica colaboración con María Jiménez en la canción “La lista de la compra” llegó cuando la discográfica casi les había dado un ultimátum. “En ese momento éramos muy queridos por la crítica pero poco valorados por el público. En la industria, o movías cifras astronómicas o no interesabas a nadie”.

MARIA JIMENEZ
Lichis: “La Cabra Mecánica fue difícil de entender. El cariño ha venido con los años”. La cantante María Jiménez, en una imagen de archivo. EFE/Ballesteros

Lichis lanzó entonces “un órdago” y dijo que quería cantar con María esa canción que había escrito “pensando en ella”, algo que suponía “una apuesta arriesgada con la espada de Damocles colgando”.

“Sé que María en su interior tenía una serie de dolores y cargas duras de llevar, pero ella mostraba su cara más alegre y desenfadada seguramente para exorcizar todo lo malo, y de ese contraste surgía mucha luz”.

“María era alegre, generosa y muy talentosa. Hemos compartido momentos tan buenos y surrealistas que me los voy a guardar y no pienso contárselos a nadie más”, zanja Lichis, que no cree que “redescubrieran” a María Jiménez, “pero a veces el inconsciente colectivo es injusto”, y con esa canción hicieron “que una generación que no habría escuchado ese tipo de mezclas las aceptara”.

Versiones de Sabina

De aquella colaboración con María Jiménez surgió la posibilidad de que Lichis escribiera las canciones de su siguiente disco, que se truncó porque finalmente la cantante grabó un álbum de versiones de Joaquín Sabina.

“María quizás daba una sensación alocada, pero tenía los pies en la tierra e hizo lo más inteligente en ese momento. Yo en la industria no estaba en tan buena posición como pensaba ni tenía el respeto de prácticamente nadie, y el poco respeto que tenía se fue al carajo con aquello de ‘No me llames iluso'”.

“Ella hizo lo correcto. Le había escrito algunas canciones, pero apareció lo de Sabina y le dije: ‘Vete a caballo ganador’. Me alegro y me parece maravilloso”. EFE