El periodista Antonio Checa (Jaén 1946), que ha dirigido tres periódicos además de haber sido decano de la Facultad de Comunicación de Sevilla y presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía, durante la entrevista con EFE por la publicación de su estudio "La prensa europea en guerra (1939-1945)" (Alfar). EFE/Raúl Caro

La prensa durante la Segunda Guerra Mundial, refugio de clandestinos y agentes dobles

Alfredo Valenzuela | Sevilla (EFE).- Durante la Segunda Guerra Mundial se publicaron en la Europa continental ocupada o controlada por Alemania unos 25.000 periódicos. Fue en más de 30 idiomas. De estos, casi una cuarta parte fueron clandestinos Lo señala un estudio histórico que aborda la prensa como refugio de clandestinos, traidores y agentes dobles.

‘La prensa europea en guerra (1939/1945). Clandestinos, colaboracionistas y agentes dobles’ (Alfar), es el estudio de Antonio Checa (Jaén, 1946). Además de haber dirigido varios periódicos, fue decano de la Facultad Comunicación de Sevilla y presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía.

Checa ha explicado a EFE que el estudio de un material tan copioso y tan complejo le ha sido posible gracias a la proliferación de las hemerotecas digitales También por el auge de los traductores en línea, lo que le ha permitido conocer la función de la prensa en cada país y “el uso que de ella hace el invasor”.

Así ha podido constatar “los centenares de muertes que acarreó el rígido control de la prensa, los héroes anónimos, los traidores y los represores”. Del mismo modo, “los cambios de bando y los exiliados, los dobles agentes, las técnicas de propaganda visible o soterrada que se utilizaron, las mentiras multiplicadas, la permanente censura y las estrategias para superarla”. Todo lo cual lo ha hecho partiendo “de los textos publicados en esos mismos medios”.

Periódicos clandestinos

“En los años treinta la prensa europea sufrió un serio retroceso en los niveles de libertad de expresión en la mayoría de los países europeos. Lo que se acentuó con la guerra. De ahí la importancia que adquiere la prensa clandestina, que siempre estuvo presente”, según Checa. Este ha señalado el caso principal de Polonia.
“En Polonia se crea una red formidable de medios no controlados por el nazismo, que llega a incluir diarios, Y está presente lo mismo en las ciudades -con episodios sorprendentes, como los órganos creados en el gueto de Varsovia- que en lugares remotos”, ha explicado.

Segunda Guerra
Antonio Checa explica en “La prensa europea en guerra (1939-1945)” que durante el conflicto bélico se publicaron en la Europa continental ocupada o controlada por Alemania unos 25.000 periódicos. EFE/ Raúl Caro.

Los ocupantes crean periódicos afines, compran otros ‘manu militari’ y cierran muchos más. Así lo refiere Checa, quien se detiene “en la prensa católica de países como Bélgica o Hungría”. Asimismo lude a “, y en “las dificultades de la prensa comunista clandestina para explicar el pacto ruso con Hitler”. Además, reseña los juicios a los directores o redactores colaboracionistas tras la guerra y las extrañas, y aun opuestas, sentencias que se dictan y la abundancia de indultos que les siguen.

Triunfalismos y silencios

Un “aspecto revelador” es la evolución de la propaganda nazi. Son “desde las triunfalistas proclamas iniciales, los silencios cuando comienzan las derrotas, las amenazas de ‘guerra total’. Y, en la fase final del conflicto, la multiplicación de noticias y artículos de inserción obligatoria sobre la inminente utilización de nuevas armas germanas que cambiarán el curso de la guerra”.

Sobre la Segunda Guerra Mundial se han publicado miles de obras. Pero apenas hay precedentes de una como ésta que no se ciñe a la prensa existente en un determinado país, sino a la del conjunto europeo, de Noruega a Grecia, sin olvidar casos como los de Ucrania y Bielorrusia o la prensa judía.

Colaboracionistas indultados

La levedad de las condenas a los colaboracionistas, la ha explicado Checa con el caso griego: “Tras la Guerra Mundial sobreviene de inmediato una guerra civil, con los comunistas controlando el norte del país. Muchos acusados aducen en los juicios que no son ni han sido pronazis, sino anticomunistas y que vieron en el nazismo la mejor forma de luchar contra los comunistas, y son absueltos o salen con penas muy leves”.

“A la guerra caliente sucede en toda Europa una guerra fría; hay dirigentes, como el comunista italiano Palmiro Togliatti, que creen sinceramente que proceden el olvido y el perdón para consolidar la incipiente democracia, de ahí su amplia amnistía de 1946. Algo similar ocurre en Francia”.

A la pregunta de si entre los periodistas hubo más héroes o villanos, ha respondido: “Hubo muchos en uno y otro lado, pero en tiempos de guerra la mayoría tienden a adaptarse a la espera de que escampe, de que la guerra termine; pero la guerra fue larga.

Los activos son, aunque duela decirlo, los menos. La prensa clandestina -Francia o Italia pueden ser el modelo- se multiplica cuando aumentan las esperanzas de victoria. En los años duros de 1940, 1941, 1942 son muchos menos los títulos”.