Imagen del interior de la cueva de Las Ventanas, de la época neandhertal, en Píñar (Granada). EFE/Pepe Torres

Píñar (Granada) presume de pasado cavernícola para captar turistas

María Ruiz | Granada (EFE).- Píñar, un municipio de Granada con poco más de 1.100 vecinos, ha regresado como cada primer viernes de agosto a los recovecos trogloditas para celebrar la “Fiesta de la Prehistoria”. Es un recurso del pasado para cazar futuro.

Píñar vuelve la vista atrás con una nueva edición de su fiesta troglodita, una oportunidad para regresar a la prehistoria y promocionar en “taparrabos”. Se trata de uno de sus principales atractivos turísticos, la Cueva de las Ventanas que sirvió de hogar a sus vecinos hace 30.000 años.

Y como volverse prehistórico en un mundo de aplicaciones móviles y tecnología no es fácil, vecinos y visitantes vestidos al más puro estilo Picapiedras. Así aprenden a fabricar flechas con las que sobrevivir al ataque de cualquier fiera, a hacer fuego frotando dos palitos o a cambiar los “selfis” por una pintadita mural.

En recuerdo a los primeros habitantes de su Cueva de las Ventanas, los vecinos han construido azagayas, han conocido el significado de los maquillajes tribales y han elaborado ungüentos para evitar las picaduras de insectos.

Maquillajes tribales

El tentempié troglodita cumple las estrictas normas de aquella época y se resume en una barbacoa para evitar anacronismos. Se trata de unas propuesta previa a la siesta con la que huir de las horas de más calor antes de seguir la fiesta. 

Mucho más anacrónica ha sido la protesta protagonizada por parte de los trabajadores afectados por un proceso de regulación de empleo. La mayoría están vinculados a la Cueva de las Ventanas, que vestidos muy del siglo XXI y con altavoces han exigido la vuelta a sus puestos de trabajo.

Cánones prehistóricos

Vestido como marcan los cánones prehistóricos, el alcalde de Píñar, Eloy García, ha explicado a EFE que las fiestas se mantienen como un reclamo turístico. Esta iniciativa contenta también a los vecinos y se convierte en un altavoz para mantener el turismo. 

Un pasacalles dará paso a un enfrentamiento a la “guerra de clanes”, una especie de olimpiadas prehistóricas en las que los vecinos compiten para demostrar la destreza en el tiro con arco. También hay habilidades de caza con flechas y otras ‘ligas futboleras’ de la época Neandhertal.

Píñar presume con esta fiesta de su Cueva de las Ventanas, un recurso Neandhertal que reciben más de 30.000 visitas al año. Con ello el municipio quiere apresar a más turistas.