Las Palmas De Gran Canaria (EFE).- El estudio sobre el futuro de los centros comerciales del sur de Gran Canaria encargado por el Cabildo de la isla plantea la necesidad de dotar a estas superficies, algunas de ellas ruinosas, como el Metro, sobre el que pesa una orden de derribo, de aparcamientos subterráneos, más baños, supermercados e instalaciones culturales como cines.

Se trata del informe que ha presentado este viernes su redactor, el consultor turístico Antonio Garzón, a la Comisión de Turismo de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, cuyo presidente, Santiago de Armas, ha explicado a los periodistas que este estudio se da a conocer ahora, en medio de dos procesos electorales, “porque no se quiere retrasar más este asunto”, de ahí que se presente al sector para que conozca el diagnóstico y las soluciones que plantea para cada una de estas infraestructuras.

De Armas ha subrayado que lo que se plantea es que algunos de los centros comerciales de San Bartolomé de Tirajana “cambien sus características y el sistema de urbanización”, porque “es factible una rehabilitación integral de todos, lo que requiere de una apuesta política seria y un consenso con el sector privado”.

Al no ser proyectos urbanísticos concretos los que se proponen, sino ideas y diseños a tres niveles, siendo el último de ellos utópico, como ha resaltado su redactor, este informe no presupuesta las acciones que plantea.

“Nos hemos preocupado por saber cuál es la situación real de cada uno de los centros, también por cómo se pueden rediseñar. Hay muy pocos que son de una única propiedad y otros que tienen una barbaridad de propietarios, lo que condiciona la ejecución posterior de la rehabilitación que se proponga”, ha referido.

De Armas ha aludido así a la dificultad de “atacar este problema”, el de la obsolescencia de estas instalaciones, ya que en ello, ha dicho, “intervienen varias administraciones y existe la necesidad de cubrir legalmente el desarrollo real de la ejecución”.

“Se han hecho muchos proyectos y la mayoría se han parado por falta de consenso entre los propietarios, por lo que necesitamos contar con un instrumento jurídico que sea vinculante, una vez que se tome la decisión de ejecutar. Y eso no es fácil, tiene que haber un consenso general y, luego, en la misma línea tienen que estar las administraciones local, insular y regional”, ha recalcado.

El consultor de Nutrihotel -empresa que “combina el asesoramiento para hoteles y restaurantes en alimentación y bebidas con las últimas tendencias nutricionales”, según precisa en su página web-, responsable de redactar “la hoja de ruta que hay que emprender a corto plazo en estos centros comerciales”, ha explicado que en San Bartolomé de Tirajana hay 26 instalaciones de este tipo, si bien se han analizado “en detalle” ocho de ellos que precisan de actuaciones diferenciadas porque su estado actual es “muy diferentes”.

Este estudio, que es más conceptual que jurídico, ya que se basa en definir qué hacer en cada centro, analiza en profundidad el estado de Kasbah, Metro y Plaza, los de playa Anexo II y el Oasis, además del Cita, el Parque Europeo, el Faro II, que es de un solo propietario, además del Gran Chaparral, el Jardín del Sol y el Nilo, por encima de la carrera, que forman otro triángulo “muy interesante” de metros comerciales que se podrían aprovechar mucho mejor.

“Son actuaciones privadas, se trata de ayudar al empresario a que acometa esas modernizaciones” que se plantean, para lo que se proponen ayudas relacionadas con modificaciones puntuales del Plan General de Ordenación de San Bartolomé de Tirajana, si bien otras leyes, como la de cambio climático o costas, también intervienen en algunas actuaciones que se proponen, como reconocer otros 30 años a la concesión del Anexo II o retranquear 20 metros el Oasis.

Antonio Garzón ha subrayado que el estudio se fija en “el caso de éxito” del centro comercial Yumbo, el único que tiene ocupados todos sus locales y cuente con lista de espera, mientras otros, como El Chaparral, tienen un 40 % de actividad.

Sobre el Metro, con orden de derribo, el consultor turístico plantea dar “servicios residenciales”, dotándolo con una gran superficie de alimentación y compensarlo con otras ofertas inexistentes, como el uso alojativo, a partir de la ampliación de superficie que Gobierno y Ayuntamiento proyectaron hace diez años, al proponer en él un hotel turístico de día para mayores.

“Se trata de ir hacia conceptos aunque sean un poco utópicos en el último nivel de ejecución, pasando por un primero de renovación o modernización estética, con lo que se ganaría mucho, y un segundo, basado en la adaptación de algunos segmentos, como el familiar”, algo que se propone para el Parque Europeo.

El tercer nivel es “más disruptivo”, ya que plantea “trasladar el ocio de un sitio para otro -de la plaza de Maspalomas a Meloneras-“, lo que precisa de una coordinación entre los centros comerciales del municipio, al entender que no se puede tratar individualmente cada uno, sino que hay que darles una visión amplia, que abarque, por ejemplo, los procesos de residencialización o a los segmentos de mayores y familias, “que se han perdido”.

“Los centros comerciales son mucho más que una suma de locales. Deberían ser ahora la vértebra fundamental de la transformación del núcleo, dar servicios a esos segmentos que hemos perdido, como el ocio nocturno, los jóvenes, los mayores, las familias, y, a la vez, al núcleo, que precisa de más aparcamientos porque Playa del Inglés está al borde del colapso, y baños, aunque suene muy simple, además de cultura”, ha detallado. EFE