María Rodríguez |
Las Palmas de Gran Canaria (EFE).- Para el activista venezolano de derechos humanos Thor Leonardo Halvorssen, la oposición en su país nunca había estado tan fuerte ni tan reprimida, y el Gobierno tan débil, como en este momento, una situación que atribuye a la unidad alcanzada bajo el liderazgo de María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz de este año.
Así lo ha afirmado el fundador del Oslo Freedom Forum y presidente de Human Rights Foundation (HRF), organización estadounidense dedicada a promover la libertad en regímenes autoritarios, en una a entrevista a EFE en Las Palmas de Gran Canaria, donde fue investido este viernes 7 de noviembre como doctor honoris causa por la Universidad de las Hespérides, en reconocimiento a su trayectoria en la defensa de la libertad y los derechos humanos.
Halvorssen sostiene que «los niveles de represión en Venezuela están hoy al mismo nivel que en Corea del Norte» y denuncia que «los derechos civiles no existen en el país» y que quienes critican al régimen de Nicolás Maduro «son inmediatamente arrestados y acaban desapareciendo».
En ese sentido, señala que, en el último mes, tras otorgársele el Nobel el pasado 10 de octubre a Machado, varios de sus allegados han desaparecido.
Con este Nobel, «la oposición venezolana ha pasado a un nivel de visibilidad que no tenía antes. Es un reconocimiento después de tantos años de lucha pacífica en contra de un gobierno que ha llevado a cabo una violencia aborrecible», asevera.
«El Gobierno de Venezuela queda muy mal» con el reconocimiento de la opositora, manifiesta el creador del evento Oslo Freedom Forum, que reúne anualmente a activistas y disidentes de todo el mundo.

Preguntado por si este Foro ha tenido algún papel en la elección de Machado como Nobel, Halvorssen asegura que «en nada», pero destaca que desde que empezó a celebrarse el evento ya son cuatro participantes los que han sido galardonados con este distintivo: la activista liberiana Leymah Gbowee (2011), el médico congoleño Denis Mukwege (2018), la abogada ucraniana Oleksandra Matviichuk (2022, concedido en su caso a la organización que dirige, el Centro por las Libertades Civiles) y la opositora venezolana (2025).
«Nosotros no tenemos ningún tipo de influencia sobre el Comité del Nobel», ha dicho al señalar que es una cuestión de «visibilidad» por compartir ambas organizaciones la misma ciudad, Oslo, como sede.
Primo del opositor venezolano Leopoldo López, Halvorssen cuenta que decidió fundar la Human Rights Foundation porque «las políticas y decisiones arbitrarias del Estado de Venezuela han afectado mucho» a su familia. «Y eso causó que para mí se despertara la defensa de la libertad», precisa.
Pero también, agrega, fue «una reacción a la inacción absoluta por años y años» que reprocha a Human Rights Watch y Amnistía Internacional, «las organizaciones que supuestamente velaban por los derechos en Latinoamérica y en los países».
Thor Halvorssen defiende la tecnología como herramienta para promover la libertad porque esta «no tiene un sesgo a favor o en contra, el tema es cómo es utilizada».
En ese sentido, considera «sumamente preocupante» la posibilidad de que la inteligencia artificial aprenda bajo la influencia de un régimen autoritario porque «puede terminar causando unos daños sumamente serios y hasta imposibles de revertir».
Respalda que «la mayoría de las buenas tecnologías han salido de democracias», pero «cuando a eso se le da la vuelta, se convierte en un estado completamente distópico, como lo son China y Emiratos Árabes».
Igualmente, defiende el Bitcoin como herramienta de libertad financiera para los activistas, ya que permite «financiar y dar auxilio a personas dentro de una dictadura sin que ésta pueda controlarlo» y «rompe el monopolio de los gobiernos sobre el control de la moneda», incluso, en las democracias, frente a la inflación.

A la pregunta de si el presidente estadounidense merecía el Premio Nobel de la Paz, Halvorssen -que reside entre Estados Unidos y Noruega- explica que las nominaciones al galardón se cierran el 31 de enero y el proceso de paz en Oriente Medio -que Donald Trump afirma haber impulsado- ocurrió después de esa fecha.
«Será interesante ver quiénes son los nominados el próximo año» y, «en especial, ver si es duradera esa paz», señala.
En relación con las sanciones a las empresas que hacen negocios con el régimen venezolano, Halvorssen no solo las defiende, sino que reclama más, «porque no son contra el pueblo».
«No hay un euro que venga del petróleo que termine siendo utilizado ni para un hospital, ni para una escuela, ni para ningún programa de gobierno. Absolutamente todo ese dinero lo pican y lo reparten ellos entre sí», denuncia.
Preguntado por el papel de España, que ha brindado apoyo y acogida a opositores, en la situación en Venezuela, el activista asegura que es «difícil de responder» porque «en general, el Gobierno se ha portado bien, pero no todos los gobiernos».
En ese sentido, arremete contra el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, a quien acusa de haber vendido armamento al gobierno de Hugo Chávez «que luego fue utilizado contra el pueblo», destaca las «verdades» sobre Venezuela que expone la diputada del Partido Popular Cayetana Álvarez de Toledo, y pide otras acciones, como expulsar y confiscar bienes a las personas que tienen en España dinero robado en su país. EFE