Santander (EFE).- La Guardia Civil ha desarticulado una banda especializada en robos de bancos a la que se le imputan cinco atracos cometidos en 2021 y 2022 en Navarra y Cantabria, y cuyos integrantes fueron detenidos cuando se preparaban para entrar armados con pistolas en una sucursal de Somo.
Dos de los cuatro detenidos, de 67 y 48 años, formaban parte desde hace más de una década de la conocida banda de La Viuda, responsable del atraco al banco de Cambrills en el que murió una cajera de un disparo en 2010.
Los atracadores, que han ingresado en prisión, fueron detenidos a finales de febrero tras una operativo en el que se participó medio centenar de agentes. Dos de ellos fueron arrestados junto a la sucursal bancaria que se disponían a robar, mientras que a los otros dos, que consiguieron huir por la autovía, se les detuvo en la localidad de Liendo.
Peligrosos delincuentes
Los delegados del Gobierno en Cantabria y en Navarra, Ainoa Quiñones y José Luis Arasti, han informado este miércoles en rueda de prensa de los detalles de la denominada operación Barrengolp-Mozorroa, porque la banda vestía uniformes de trabajo como los de los barrenderos para cometer los robos, además de pelucas, gorras y mascarilla para dificultar su identificación.
Ambos han destacado el amplio historial delictivo de los dos detenidos de la banda de La Viuda y la peligrosidad del grupo, que amenazaba con armas de fuego a los empleados del banco y en la mayoría de los atracos, los ataba con bridas mientras esperaba a que la caja se abriera.
El primer atraco tuvo lugar el 8 de julio de 2021 en la localidad navarra de Arbizu, aprovechando que durante las fiestas de San Fermín la presencia policial se concentra en Pamplona, y el segundo fue el 17 de diciembre de ese mismo año en Puente Viesgo.
En 2022 atracaron dos sucursales en pueblos de Navarra, en Lakuntza, el 7 de julio, y Lekumberri, en agosto y otra en Cantabria, concretamente el 22 de diciembre en Roiz. En total se hicieron con un botín de 360.000 euros.
Según ha explicado la Guardia Civil, el grupo estaba muy bien organizado, todos los integrantes tenían sus misiones perfectamente definidas y actuaban con una gran profesionalidad.
En todos los casos elegían sucursales bien comunicadas por autovía para poder huir con facilidad. En los robos de Cantabria accedieron a los bancos dos atracadores, mientras el resto esperaba fuera, pero en los tres de Navarra solo entró uno al banco.
Un tipo “tranquilo”
Los testimonios de los empleados coinciden en la gran tranquilidad con la que actuaba el atracador de Navarra, que esperaba en una silla los 15 o 20 minutos del tiempo de retardo en la apertura de la caja sin ponerse nervioso.
Además cuando salían le decía que esperasen 30 o 40 minutos, amenázandoles con que sabía donde vivían o qué coche tenían, datos que la banda averiguaba en sus vigilancias para preparar sus golpes.
Los investigadores de Cantabria y Navarra llegaron a la conclusión de que los atracos en las dos comunidades podrían haber sido cometidos por el mismo grupo organizado. E identificaron a su presunto cabecilla, de 67 años, que había estado en prisión por el atraco de Cambrills, después de descartar a otros 22 candidatos.
El otro integrante de La Viuda se dedicaba a la logística en esta banda, sobre todo a hacerse con vehículos para cometer los robos.
El grupo había vigilado varias sucursales bancarias de distintas localidades de Cantabria antes de decantarse por la de Somo, donde el 21 de febrero le esperaban 50 agentes de la Guardia Civil.
En la operación participaron, además de las policías judiciales de Cantabria y Navarra, integrantes de la Unidad Central Operativa Central y de la Unidad Especial de Intervención.
La Guardia Civil ha incautado cuatro vehículos y ha practicado tres registros domiciliarios, dos en Vizcaya y uno en Cantabria.
Además de los cuatro detenidos, hay un investigado por su presunta colaboración con la banda.
Junto a los delegados del Gobierno, han informado sobre la operación los comandantes de la Guardia Civil en Cantabria y Navarra, Antonio Orantos y José Santiago Martín, y dos de los responsables de la investigación, el comandante Arturo Marcos (Cantabria) y el teniente Fernando Díez (Navarra).
