El siglo XVI marca el inicio de la Edad Moderna desde pautas y valores como la razón y el progreso que no sólo anidaron en la sociedad y política, sino que también tuvo su reflejo en el arte como testimonia la exposición "Tiempos Modernos" que inaugura en Valladolid el Museo Nacional de Escultura. EFE/Nacho Gallego

El Museo de Escultura examina la Edad Moderna, del mito medieval al triunfo de la Ciencia

Valladolid (EFE).- Además de un instrumento de propaganda, alarde de clase, goce estético o elemento de especulación, el arte también ha sido un sensor para medir el paso de una época a otra, de la Edad Media a la Edad Moderna, del mito medieval al triunfo de la ciencia como sugiere una exposición inaugurada en Valladolid.


“Tiempos modernos”, además del ensayo cinematográfico que en 1936 consagró a Charles Chaplin como un intelectual más allá de su célebre personajes, es también el lema de la exposición promovida por el Museo Nacional de Escultura con 79 piezas procedentes de diversos museos, catedrales, iglesias y bibliotecas históricas de España.


Cambio de época


Labradas a finales del siglo XV por Gil de Siloé, las antiguas puertas del Colegio de San Gregorio, actual sede del Museo Nacional de Escultura, dan la bienvenida al visitante y le invitan a revivir, a través de diferentes obras de arte, “la transformación que vivió el mundo en un momento determinado”.


La fecha elegida gira en torno al 1500, punto de inflexión en “el tránsito de conocimientos, de experiencias y personas que contribuyeron a la llegada del Renacimiento en España”, ha explicado este martes a lo periodistas uno de los comisarios de la muestra, Javier Andrés Pérez, conservador de los Museos Estatales.


Forja de Europa


La forja de la Europa Moderna es el eje de este itinerario que marca el paso “del mito medieval al triunfo de la ciencia”, fechado en torno al 1500, en torno al cual vieron la luz dos testimonios bibliográficos que acreditan este cambio de rumbo sustancial.


Se trata del Liber Chronicarum o Crónica de Nüremberg (1493), prestado por la Biblioteca Histórica de la Universidad de Valladolid, y la Suma de Geographia (1519), editada en Sevilla con los territorios del mundo conocido entonces a ambos lados del Atlántico, ha añadido el comisario sobre la dimensión del cambio operado.


Las fronteras se difuminan y los viajes se generalizan, prolifera el tránsito e interacción entre territorios y personas entre las que figuran los artistas, que viajan y se forman en lugares de referencia como Flandes e Italia y regresan a su lugar de origen.


Águilas del Renacimiento


En el caso de España son las ‘Águilas del Renacimiento’ como denominó el historiador del arte del Manuel Gómez-Moreno (1870-1970) a Diego de Siloé, Alonso de Berruguete, Pedro Machuca y Bartolomé Ordóñez, todos ellos representados en este itinerario artístico que abarca desde el arte tardo-gótico medieval hasta el Renacimiento.


De los grandes centros artísticos de la época, Italia y Flandes, también hay testimonios en este recorrido: Un Cristo Varón de Dolores, de Talleres de Amberes y procedente de la catedral de Burgos; y una Virgen con el niño, obra de Desiderio da Settignano y que ha llegado a Valladolid desde la catedral de Badajoz.


Es una época de ida y vuelta a los grandes centros artísticos de la época, de un gran auge político y social, de oportunidades, ha apuntado por su parte Miguel Ángel Marcos, conservador y director de Colecciones del Museo Nacional de Escultura.


Felipe Bigarny, Alejo de Vahía, Juan Ortiz El Viejo y Alonso de Berruguete que cierra el muestrario con una sala específica dedicada a su figura, sustentan esta exposición que permanecerá abierta hasta el 17 de marzo.


Buena parte de las piezas pertenecen a los fondos del Museo Nacional de Escultura, junto a otras llegadas desde las catedrales de Ávila, Badajoz, Burgos, Plasencia y Valladolid; del Museo del Prado (Madrid), del Greco (Toledo), Marés (Barcelona), de la Casa de Alba, del Archivo de Simancas y de la Universidad de Salamanca, entre otros prestatarios. EFE