Pilar Martín |
Madrid (EFE).- ¿Estamos libres de ser “reclutados” por un partido de extrema derecha?, se pregunta el cineasta francés Gérard Mordillat en su primer cómic, “Ulises Don Nadie”, una fábula muy real sobre cómo estas corrientes políticas pueden hacer que nuestro vecino se acabe convirtiendo en un “líder nacional”.
Consciente de que el cómic “es hoy en día la mejor arma mediática para hablar del mundo que nos rodea”, Mordillat, según ha contado a EFE, se ha aliado con el dibujante francés Sèbastien Gnaedig para hacer este tebeo publicado en España por la editorial Garbuix Books, una historia que nació ya en forma de viñetas porque “lo de convertilo en película dada la situación actual del cine francés está difícil”.
Lo está porque para el director de cintas como “Melancolía obrera” el cine de país es en la actualidad “de un conformismo y academicismo que no da lugar a películas con fondo político o social”.
“El cómic es un arte muy popular y hoy en día hay que hacer todo lo posible para que se oigan las voces que no se pueden oír en otros lugares como la televisión, el cine o las novelas. Y ‘Ulises’ es un ejemplo de obra con un contenido que no se podría ver en otro medio más que en el cómic”, ha aseverado.
Denuncia social es lo que rebosa en “Ulises Don Nadie”, donde un actor en horas muy bajas es seducido por el Partido Fascista Francés para que encabece la lista electoral de una región del país galo. Una proposición que acepta como lo podría aceptar “cualquiera” que o bien tenga ese perfil psicológico, o bien esté inmerso en unas circunstancias sociales de mucha necesidad.
“El hecho de que sea un actor es anecdótico, de hecho se podía haber contado la misma historia con un protagonista que fuera funcionario; lo que se quería era contar cómo es una persona a la que se ha expulsado del sistema y mostrar cómo la extrema derecha se lanza sobre las personas que están desesperadas. Pueden ir a por un obrero como a por miembros de la pequeña burguesía”, ha explicado.
Pero su cómic es tan real que incluso -ha reconocido Sèbastien Gnaedig- está inspirado en el entorno de la líder francesa del Frente Nacional, Marine Le Pen, y para crear a su personaje tomó la referencia de un actor francés (cuyo nombre no ha querido dar) que tuvo el mismo recorrido que Ulises Don Nadie.
“Para hacer el cómic me fijé en la puesta en escena de la extrema derecha, a Mordillat y a mi nos preocupa la banalización del lenguaje y la palabra y queremos mostrar cómo este personaje al final acaba haciendo del lenguaje algo banal. Ulises -ha aseverado- es una persona del montón, así es la gente de estos partidos, no son monstruos de siete cabezas, sino gente vulgar y corriente”.
Interpelar al lector a través del humor
Un mensaje que lanza con el objetivo de “interpelar al lector a través del humor para que se pregunte si en una situación parecida de desesperación podría actuar igual que Ulises”.
Algo que para Mordillat es “alucinante” porque demuestra que hoy en día la extrema derecha puede conseguir que tu vecino “se acabe convirtiendo en un líder nacional”.
Aunque son sabedores de que lo que le pasa a su personaje es “salvaje” también reconocen que han sentido “mucha compasión” por él y, por eso, no lo juzgan: “No lo salvamos, queríamos mostrar cómo de implacable es el sistema de los partidos políticos, no hay compasión”, ha afirmado el dibujante.
Un sentimiento que tampoco tienen todos los amigos y familiares de Ulises, personajes que renuncian a seguir a su lado y entre los que encontraremos parecidos razonables, como el que tiene el padre del protagonista: el del propio Mordillat.
