Imagen del ensayo de la obra '180836 Bernarda', en el que la coreógrafa y bailarina Lola Eiffel se sirve de la danza para hablar de memoria histórica. EFE/Nacho Gallego

Danza para la memoria histórica: ‘180836 Bernarda’

Fernando Sanz |
Valladolid (EFE).- Una promesa como punto de partida, conversaciones familiares y silencios rotos son los elementos de los que se ha servido la coreógrafa y bailarina Lola Eiffel -nombre artístico de Mar Espinilla García- para crear “180836 Bernarda”, una obra que combina danza y palabra para tejer memoria histórica sobre las represaliadas del franquismo y su herencia sobre las mujeres de hoy.

La pieza se estrena este viernes en el Teatro Calderón de Valladolid y se podrá ver el próximo 26 de noviembre en el pueblo viejo de Belchite (Zaragoza), entre las ruinas de una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil, donde manifestará en movimiento todo “ese dolor y las preguntas de por qué sucedió esto”, explica Eiffel en una entrevista con EFE.

Imagen del montaje ‘180836 Bernarda’, que se estrena hoy en Valladolid. EFE/Nacho Gallego

“Este espectáculo nace por la promesa que le hice a mi abuela Fermina antes de morir de que iba a encontrar a mi bisabuelo”, detalla la artista, que ha contado en este recorrido con la historiadora Chusa Izquierdo para conocer que su bisabuelo había sido ejecutado el 18 de agosto de 1936, de ahí el nombre de la obra, en el desmonte de Castrogonzalo (Zamora).

Este proceso, que califica como “un puzzle con piececitas de Lego”, también le sirvió para reflexionar sobre el papel de aquellas viudas que bajo el franquismo vivieron “un día a día muy injusto” pero “sacaron adelante a sus hijos” pese a “la tortura, el maltrato y las vejaciones”, como el fue el caso de su propia bisabuela Bernarda.

“Mi bisabuela fue violada, fue rapada, tuvo que tomar aceite de ricino, la pasearon por el pueblo, le tiraban piedras mientras llevaba hijas al lado y eso era como un espectáculo, en plan ‘vamos a ver pasear a las rojas y a disfrutar con ello'”, asegura.

Imagen del montaje de danza ‘180836 Bernarda’. EFE/Nacho Gallego

Una situación que más adelante llevó a sus abuelos a instalarse en Francia, donde Eiffel pasó todos sus veranos, lo que suponía un contraste muy grande con la España de los años 70, tanto a nivel de libertades como de costumbres: “Mi primer día de clase iba con una camiseta de los Lakers y unas botas J’hayber y mis compañeras iban con un vestido de callos, unas francesitas y una diadema en la cabeza”, ha rememorado.

Contra el olvido

En esta obra, en la que Eiffel recita por primera vez, la bailarina ha contado con la actriz y dramaturga María San Miguel -ambas pertenecen a la Asociación de Mujeres Artistas Profesionales de Valladolid (MAPVA)-, que ha puesto “la mirada externa” y que ha ayudado “a colocar un poco las palabras”.

“Las mujeres han hecho muchísimas cosas, han resistido pero no han sido visibilizadas, de ahí parte de ese trabajo”, señala San Miguel a EFE, convencida de que es necesaria una memoria con “mirada de género y feminista”.

Lorca

La actriz también incide en el impacto que preparar esta obra ha tenido sobre otras creaciones que elaboran en este momento, como una obra de teatro sobre Federico García Lorca (también fue fusilado el 18 de agosto de 1936) que prepara con su compañía.

Respecto a “180836 Bernarda”, San Miguel asegura que cualquier persona que acuda a ver la obra “se va a sentir reflejada” porque se trata de “un viaje en el linaje para entender quiénes somos como seres individuales pero también como memoria colectiva”.

Imagen del montaje de danza ‘180836 Bernarda’. EFE/Nacho Gallego

“Sobre todo porque la recuperación de la memoria histórica está otra vez en juego y no hay que olvidar que hay muchísimas personas que están en las cunetas y que no han podido tener ese funeral digno que deberían haber tenido, y este espectáculo es para que no nos olvidemos de eso”, ha apostillado Eiffel.

En las ruinas de Belchite

“180836 Bernarda” podrá verse desde este viernes hasta el próximo domingo en el Teatro Calderón y su siguiente parada será el 26 de noviembre, Día del Olivo, en el pueblo viejo de Belchite, donde ya han grabado un vídeo promocional.

“Se va a llamar la ruta del silencio y es como un paseo por todo el pueblo y por todos esos personajes que habitaban en esas casas que se ve en la grabación para llegar a esas iglesias derruidas donde se manifiesta a través del movimiento todas las emociones, el dolor y todas esas preguntas de por qué sucedió esto y por qué llegamos a esos 40 años de falta de libertad”, ha concluido la artista. EFE