Un grupo de niños con y sin discapacidad física e intelectual son vistos el pasado viernes 21 de julio mientras participan en el primer campus de baloncesto inclusivo realizado por la Fundación Club Baloncesto Canarias en Santa Cruz de Tenerife. EFE/Alberto Valdés

La Fundación CB Canarias realiza el primer campus de baloncesto inclusivo de Tenerife

Alberto Valdés Gómez

La Laguna (Tenerife) (EFE).- Un total de sesenta niños y niñas participan durante este mes de julio en el primer campus inclusivo realizado en la isla de Tenerife bajo el paraguas de la fundación CB Canarias, una experiencia primeriza que une a jóvenes con y sin discapacidad en un espacio donde el baloncesto es una herramienta más para la inclusión, la diversión y la empatía.

Varios grupos de jóvenes se expresan con total libertad por las instalaciones del Pabellón Sergio Rodríguez en Santa Cruz de Tenerife ante la atenta mirada de un grupo de personas que realiza su rutina de gimnasio tras una vidriera, ajenas a lo que allá está ocurriendo que, desde su posición, parece confuso, pero al otro lado existe un caos perfectamente ordenado.

En la cancha, niños y niñas sin discapacidades y otros con discapacidades físicas y en sillas de ruedas o discapacidades intelectuales o con problemas de salud mental saltan de una actividad a otra, desde el dibujo, al balón prisionero o a talleres de kárate, pero sobre todo al baloncesto.

De eso se encargan varios monitores pertenecientes a la Fundación CB Canarias, quienes trabajan directamente con usuarios de diferentes asociaciones de la isla para ofrecer esta primera experiencia inclusiva, fruto de un trabajo colaborativo realizado durante los últimos tres años que, entre otros logros, ha logrado crear la primera liga de baloncesto adaptada y federada del archipiélago.

El coordinador y entrenador de la Fundación CB Canarias y la Asociación de Dinamización e Inclusión social (ADDIN), Daniel Ruiz, ha explicado a EFE que gracias a esta relación “ha desaparecido la sensación de que hay un límite en el deporte inclusivo en las islas”, tanto es así que este campus que “hace unos años parecía imposible” ha terminado siendo un “éxito y referente a nivel nacional”.

Una idea que parte de “repensar el enfoque de este tipo de actividades” con la integración de 30 “niños y niñas sin discapacidad”, ha continuado, a diez proveniente de ADDIN, otros diez de la Asociación Deportiva Inclusiva Tenerife (ADEIN) de baloncesto en silla de ruedas y a los diez de la Asociación de Padres de Niños Autistas y con Trastornos del Comportamiento de Tenerife (Apanate).

Un coro de realidades que resuena dentro del pabellón cada mañana desde principios del mes de julio, durante el cual se extenderá el campus, pero que tiene su punto álgido los viernes, cuando a todos los niños se les entrega una silla de ruedas adaptada para baloncesto, tengan o no problemas de movilidad en las piernas.

Una vez situados todos, el balón comienza a botar y todos compiten en igualdad de condiciones en un medio que para unos es habitual, pero para otros novedoso, lo que les empuja a superarse y a entender a los demás, independientemente de cual sea la situación de cada uno, una idea que desde todas las asociaciones buscan promover y defender.

Así lo ha indicado a EFE uno de los fundadores de ADDIN, Luis Rodríguez, quien ha señalado que desde la entidad buscan “promover la inclusión social a través del deporte y el ocio”, a través de deportes “como el baloncesto con el apoyo del CB Canarias y el fútbol sala con el del CD Tenerife”.

Además, ha continuado, al “trabajo con personas con discapacidad y con problemas de salud mental”, se suman otro tipo de “casuísticas originadas por la exclusión social”, en definitiva, una “visión integradora” que tiene su “mayor expresión en este campus”. EFE