Cora Serrano B.|
Madrid (EFE).- El inesperado anuncio de Ferrovial de trasladar su sede a Países Bajos ha generado un enorme revuelo. Mayor estabilidad regulatoria, un clima fiscal atractivo y un menor coste de la financiación hacen que este movimiento se observe con mucha atención, ya que su éxito puede sentar precedentes.
Ferrovial, fundada en 1952 en España, cuenta con un 82 % del negocio fuera de España y más de un 90 % de sus inversores son extranjeros.
La empresa justifica esta decisión en que Países Bajos cuenta con un marco jurídico estable, tiene una calificación crediticia triple A, es el lugar elegido por grandes compañías con presencia Europea y Norteamericana, y facilita al mismo tiempo la salida a bolsa en Estados Unidos.
Primera reacción del gobierno
La vicepresidenta Nadia Calviño ha expresado al presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, su rechazo, ya que entiende que no resulta aceptable que una empresa que ha nacido y crecido en España, gracias a la inversión pública, muestre esta falta de compromiso con su país.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lamenta esta situación, pero reconoce que la realidad es que Ferrovial tributaba ya más del 80 % fuera de España, que no hay ningún riesgo de que la inversión en nuestro país se vaya a desplazar, que seguirá tributando aquí lo que le corresponde y mantendrá los puestos de trabajo.
Ambas ministras destacan que España vive un momento importante de atracción de inversión extranjera y confianza con la llegada de 30.000 millones en el último año.
Cómo se interpreta este paso
Desde Renta 4, Ángel Pérez, sostiene que, a priori, este traslado no va a tener demasiado impacto en la operativa de la compañía, que seguirá manteniendo el negocio y el empleo en España y cotizando en el principal selectivo de la bolsa. Tampoco cree que vaya a tener un impacto fiscal elevado teniendo en cuenta que desde hace años el negocio en España es bastante residual.
Sin embargo, reconoce que es una operación pionera, ya que se convierte en la primera matriz, dentro de las grandes compañías españolas, que cotizará en Estados Unidos con todo el grupo en un índice concreto, y no con filiales como ocurre con Iberdrola, Telefónica o Santander, o a través de ADR.
Sí ven con sorpresa el paso previo por Países Bajos, algo que no habían visto hasta ahora, pero entienden que puede facilitar la atracción de capital, reportar mejoras fiscales y estar más blindada de cara a posibles OPAS.
Posible efecto contagio
El analista de XTB Darío García señala que este paso “abre el melón” y recuerda a los que se produjeron durante el momento álgido del independentismo en Cataluña y que España es un país tremendamente fiscalizado para las empresas. De hecho, recuerda que Iberdrola ya ha amenazado con ello en alguna ocasión.

Entiende que si hay aceptación suficiente, se constata la eficiencia, las ventajas, se consigue atraer más capital extranjero y se reducen los costes puede sentar un precedente para otras empresas fuertemente internacionalizadas, como ACS.
García agrega que el grupo deber aportar más detalles sobre este movimiento, justificar la hoja de ruta, las implicaciones jurídicas que puede tener para los accionistas o el impacto real euro/dólar.
Desde IG, Diego Morín, indica que la compañía evaluó antes del brexit la posibilidad de irse a Londres y que este traslado blindará su internacionalización, su crecimiento y le reportará un clima fiscal más atractivo y una mayor estabilidad, en un contexto en el que en España se está aumentando la carga con nuevos impuestos extraordinarios.
Además, cotizar en EEUU le permitirá mejores condiciones de financiación, más visibilidad, estabilidad monetaria y rapidez a la hora de captar fondos.
Desde la Universidad Internacional de Valencia, el profesor Tomás Gómez cree que es una mala noticia para la imagen del país que puede generar un efecto contagio. En este sentido, lamenta que en España no aborde una reforma fiscal en condiciones y las ocurrencias se produzcan en momentos de incertidumbre.

Desde la Universitat Oberta Catalunya (UOC), Cristian Castillo, lo califica de toque de atención, ya que son muchas empresas las que demandan seguridad jurídica y apunta que Países Bajos, como Irlanda o Luxemburgo, son más atractivos, con menos impuestos por los beneficios y que varias empresas europeas ya han optado por Holanda antes de cotizar en EEUU.