El psicólogo Javier Urra, primer Defensor del Menor de España, advierte del crecimiento que ha experimentado en los últimos años la violencia filial. EFE/Daniel Pérez

El psicólogo Javier Urra alerta de la violencia filial: “Se ha perdido el respeto a la autoridad”

María Pérez |

Málaga (EFE).- El psicólogo Javier Urra, primer Defensor del Menor de España, advierte del crecimiento que ha experimentado en los últimos años la violencia filial, aquella de hijos hacia padres, lo que explica por “una pérdida del respeto a la autoridad y la edad” y porque muchos progenitores, asegura, “se dejan chantajear”.

“Los padres muchas veces quieren comprar el cariño de sus hijos y esto es un problema”, sostiene Urra en una entrevista con EFE con motivo de su participación en una jornada sobre adicciones y jóvenes organizada por la clínica MonteAlminara y el Instituto Andaluz de la Juventud.

Urra, profesor de Psicología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), alerta asimismo de que cada vez son más los casos de “brutal” acoso escolar, donde el ciberacoso “juega un papel cada vez mayor”, y ve “insuficientes” las medidas actuales para combatir la problemática.

“Existe en las víctimas un sentimiento de desprotección respecto a sus agresores”, apunta Urra, que critica que a menudo sean los propios acosados los que se tengan que ir de un colegio y considera “imprescindible” la intervención de los centros educativos y sus profesionales para evitar “el sufrimiento” de la víctima.

El psicólogo Javier Urra, primer Defensor del Menor de España, advierte del crecimiento que ha experimentado en los últimos años la violencia filial.
El psicólogo Javier Urra, primer Defensor del Menor de España, advierte del crecimiento que ha experimentado en los últimos años la violencia filial. EFE/Daniel Pérez

Aumento de agresiones grupales

Muchos de estos casos de acoso, subraya el experto, se producen en grupo, como también sucede en el caso de las agresiones sexuales perpetradas por menores.

Urra explica que el principal motivo del notable aumento de estas agresiones es “el sentimiento de poder y pertenencia a un grupo”, unido a la falta de “responsabilidad individual”.

“Hasta ahora no se habían producido violaciones cometidas por menores en grupo”, recuerda Urra, que relaciona este hecho con el consumo, a temprana edad, de “pornografía violenta” y con un “repunte del machismo”.

Asevera que los jóvenes no buscan “sólo el placer sexual”, sino demostrar ante ellos mismos y los demás que “hacen lo que quieren”.

El papel de los padres

Según el psicólogo, un factor determinante en el desarrollo conductual del menor es la actitud de los progenitores, a quienes responsabiliza de no educar a sus hijos “en valores morales y éticos”.

Los padres, subraya, eximen de “responsabilidad sobre sus actos” a los menores y actúan como sus “abogados”, defendiendo demasiado a menudo las acciones violentas.

Urra, que es psicólogo en excedencia voluntaria de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid, cree que las sanciones penales pueden ser una medida vital para “evitar la reincidencia” de los menores.

“Ser sancionado es un derecho”, declara Urra, que está convencido de que el castigo es una forma efectiva de reeducar marcando límites al menor, para luego trabajar a nivel cognitivo cómo perciben sus actos.

Más apoyo a las víctimas

Urra mantiene que la imposición de penas funcionaría como una “vacuna” para que otros jóvenes no repitan los mismos actos y evitaría el sentimiento de “impunidad” hacia el agresor que, en ocasiones, tiene la víctima.

“El dolor continúa en el tiempo”, asegura el especialista, autor de más de 70 libros relativos al comportamiento del menor, que remarca la necesidad de que los agredidos reciban el tratamiento adecuado para que puedan “recuperar la confianza en el ser humano”.

“Erradicar” los patrones de actuación en grupo es “fundamental” para acabar con la violencia cometida por menores, de la que “se habla mucho”, pero “no se hace nada”, lamenta Urra, que cree que las medidas que se están llevando a cabo actualmente no resultan “efectivas”.

Para el terapeuta es fundamental concienciar a los niños para que, desde pequeños, “nunca se posicionen del lado de los acosadores” y desarrollen un “juicio propio” que les permita identificar como suyos los actos aunque se realicen en grupo.