Luxemburgo (EFE).- El ministro español de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, defendió que la incorporación del catalán, el euskera y el gallego como lenguas oficiales de la Unión Europea (UE) es un caso “único” de España que no se podrá trasladar a las posibles reivindicaciones que puedan hacer otras minorías nacionales.
Albares volvió a defender hoy ante sus socios europeos la propuesta de España para incorporar las tres lenguas al régimen lingüístico europeo, en una reunión en la que no se tomó ninguna decisión y que terminó con el compromiso de seguir resolviendo cuestiones a nivel técnico, como el coste de la medida.
“La reforma propuesta se circunscribe exclusivamente al caso de España, dado que cumple unos requisitos únicos en la UE y por tanto, otras lenguas no podrán ampararse en esta reforma si el Estado miembro no lo desea”, aseguró el ministro en una rueda de prensa, después de que los Veintisiete volvieran a discutir la cuestión.
A la espera del informe de la Comisión Europea
Albares insistió en la “especificidad” del caso español, dado que la Constitución española reconoce la cooficialidad del catalán, porque ya se puede hablar en los tres idiomas en el Congreso de los Diputados, porque España ya tiene acuerdos administrativos con la UE para poder utilizarlas y porque el Gobierno en funciones se ha comprometido a asumir el coste de la medida.
No obstante, el ministro no quiso detallar cuánto costaría la medida, porque, según dijo, es algo que le corresponde calcular a la Comisión Europea.
Por eso, España -que ostenta la presidencia rotatoria de la UE- pidió un informe al Ejecutivo comunitario el martes de la semana pasada, para que aclare esta cuestión.
Las dudas de los países bálticos
Con sus argumentos, Albares trató de solventar las dudas que hasta ahora han planteado varios de los países europeos, especialmente los bálticos, dado que temen que su minoría rusoparlante pueda reivindicar la cooficialidad de las lenguas en la UE.
Letonia, además, descartó que el catalán, el euskera y el gallego se puedan incorporar pronto al régimen lingüístico europeo, porque, a su entender, no se trata de una cuestión prioritaria en estos momentos.
“No creo que en este momento este sea el tema número uno que debamos discutir. La cuestión número uno. Tenemos muchos temas sobre la mesa. Tenemos la geopolítica y la posición estratégica de Europa en el futuro. Esto es en lo que creo que debemos dedicar nuestro tiempo ahora mismo”, dijo el ministro de Exteriores de Letonia, Krisjanis Karins, a su llegada a la reunión.
Un argumento que Albares replicó en la rueda de prensa asegurando que “la UE hace frente a las distintas solicitudes de los Estados miembros sin ninguna dificultad”.
Además afirmó que “dentro de la sala no ha habido ninguna oposición” a la propuesta española.
Sin fecha de votación
“Ahora estamos ya a la espera de los informes, porque empiezan a ser ya pasos muy definitivos para poder formalizar ya esa propuesta adaptada”, señaló el ministro.
Sin embargo, Albares no quiso decir si la propuesta, que debe adoptarse por unanimidad, se podrá aprobar el próximo 15 de noviembre, cuando está previsto que se celebre el siguiente Consejo de Asuntos Generales en Bruselas.
La oficialidad del catalán en la UE es una de las reivindicaciones que hasta ahora ha impuesto Junts para aceptar la investidura del presidente en funciones Pedro Sánchez.
La reunión del 15 de noviembre es la última, según la agenda, en la que se tratará la cuestión antes de que el 27 de noviembre culmine el plazo para que Sánchez pueda ser reelegido.