Dos adolescentes en Valencia. EFE/Juan Carlos Cárdenas

¿Por qué las chicas tienen el ánimo más bajo? Radiografía de la salud mental de la adolescencia de Cataluña

Barcelona (EFE).- Una de cada cuatro adolescentes tiene el ánimo bajo, el doble que en los chicos, según una investigación del grupo interuniversitario Epi4Health de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el campus Manresa de la Universidad de Vic (UVIC-UCC) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), tras analizar datos de más de 6.000 estudiantes de Cataluña.

Según el estudio, en número globales, un 18,6 % de los adolescentes asegura tener un estado anímico bajo, pero son las chicas, un 25,5%, las que más sufren este desánimo. Entre los chicos, el porcentaje es un 11,6%.

La investigación, que publica la revista ‘Journal of Affective Disorders’, la ha liderado Helena González-Casals, investigadora de la UVic-UCC y doctoranda de la UOC del programa Salud y Psicología bajo la dirección de Marina Bosque, investigadora del grupo Epi4health, y de Albert Espelt, de la UAB.

Más de 6.000 adolescentes

“Hemos constatado desigualdades de género en salud mental entre los adolescentes, con un estado de ánimo bajo 2,2 veces más frecuente entre las chicas que entre los chicos, y el 36 % de esta diferencia se explica por determinantes sociales y comportamientos relacionados con la salud”, ha resumido Bosque.

La investigación se ha basado en los datos del proyecto DESKcohort, una encuesta sobre comportamientos de salud que se repite cada dos años en los institutos públicos y privados de la Cataluña central desde el curso 2019-2020 y que ha recopilado datos de 6.428 adolescentes de entre 12 y 18 años.

Según las investigadoras, estas diferencias entre géneros se explican por factores contextuales que relacionan con el estado de ánimo, como la violencia sexual que sufren las chicas o que las adolescentes dedican menos tiempo a hacer actividad física que los chicos.

Además, según el trabajo, ser inmigrante, hacer dieta y fumar tabaco diariamente también se asocia con un estado de ánimo bajo únicamente en las chicas, mientras que el consumo de riesgo de alcohol sólo se asocia en los chicos.

Las investigadoras también han observado una mayor prevalencia de estado de ánimo bajo tanto en chicos como en chicas con una situación socioeconómica desfavorecida y que sacar notas más bajas, abusar del teléfono móvil o sufrir acoso escolar son otros factores asociados que no parecen tener diferencias de género.

Violencia sexual

La mayor parte de la diferencia entre géneros en la prevalencia del estado de ánimo bajo se debe al hecho de haber sufrido violencia sexual.

Según las autoras del estudio, estos resultados pueden ser útiles para hacer trabajo preventivo y detectar malestares y sintomatología antes de que se produzca un empeoramiento o cronificación y se pase de un estado de ánimo bajo a trastornos más severos, como ansiedad o depresión.

“Ahora podemos conocer la situación actual sobre la salud mental del colectivo adolescente y ver qué factores se relacionan con ello, y esto nos permite pensar y desarrollar acciones preventivas dirigidas a mejorar la salud mental de este colectivo que sean más completas y que tengan un impacto mayor”, ha destacado Helena González-Casals.

Según las investigadoras, los resultados del trabajo son extrapolables ya que han participado adolescentes de ciudades como Manresa o Igualada, pero también de pueblos más pequeños.

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“Nos podemos hacer una idea aproximada de lo que pasa en otras poblaciones y extrapolar los resultados de este estudio al resto de la población adolescente”, ha asegurado González-Casals, que ha puntualizado que en grandes ciudades, como Barcelona, donde hay grandes diferencias entre barrios y niveles socioeconómicos, este comportamiento puede ser diferente.

Los datos para esta investigación se recogieron durante el curso académico 2019-2020, hasta que el confinamiento por la COVID-19 obligó a interrumpir el trabajo de campo.

Dado que la pandemia ha influido en la salud mental de las personas adolescentes, actualmente el equipo de Epi4Health está analizando los datos de la segunda ola del proyecto DESKcohort (recogidas durante el curso 2021-2022), para explorar con detalle qué cambios ha habido en la salud mental de este colectivo a raíz de la pandemia.