Jaulas de engorde de atún en el mar Mediterráneo. EFE/Virginia Vadillo

La primera granja de engorde de atún del Cantábrico comenzará este año su fase de pruebas

San Sebastián (EFE).- La primera granja marina de engorde de atún rojo que se instalará en el Cantábrico arrancará previsiblemente este año su andadura en la costa de Getaria (Gipuzkoa) con el inicio de una primera fase de pruebas.

Jaulas de engorde de atún en el mar Mediterráneo. EFE/Virginia Vadillo

Se trata de un proyecto pionero. Debido a las condiciones del Cantábrico (menos favorables que las del Mediterráneo donde se ubican la mayoría de estas instalaciones), las jaulas de la nueva granja serán sumergibles. Esto permitirá sortear las dificultades creadas por el oleaje o posibles temporales.

Granja de engorde

Según han informado a EFE fuentes de la empresa Balfegó, promotora de esta explotación de acuicultura en la que también participa el centro de investigación marina Azti, la iniciativa ya ha superado todos los requisitos y sólo está pendiente de una autorización de la administración de Costas del Gobierno central por lo que previsiblemente podría contar con luz verde esta próxima primavera.

Entre otros trámites, la compañía ha recibido recientemente el visto bueno de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat). Este organismo ha autorizado que al menos un barco de la flota vasca de cebo pueda utilizar artes de cerco para pescar. Un requisito necesario para la captura en vivo de los animales que luego engordarán en la granja.

La explotación cuenta con un presupuesto de 2,1 millones de euros. La granja consistirá en la instalación de dos jaulas circulares sumergibles de 50 metros de diámetro en cuyo interior engordarán los atunes capturados.

Atún cantábrico


Según recoge el proyecto presentado al Gobierno Vasco, está previsto que los dos primeros años sirvan para testear la capacidad productiva de las instalaciones. A partir del tercer año podría rondar las 500 toneladas de atún, sin llegar a superar esta cifra.

Se espera que el producto obtenido sea de “primerísima calidad” gastronómica. Esta circunstancia tiene mucho valor en el “vasto” mercado asiático aunque también por el sector gastronómico vasco.

Barco pesquero en el puerto de Getaria (Gipuzkoa). EFE/Juan Herrero

La compañía recuerda en su documento que el atún rojo es el más preciado de los túnidos. Asimismo, es el más valorado en la cocina debido a su grasa infiltrada, su color rojo y su “sabor y textura inconfundibles”.

Por este motivo, esta previsto que una vez que los atunes sean introducidos en las jaulas, tras su captura en los meses de junio y julio, sean alimentados “cinco o seis días” a la semana exclusivamente con pescado azul, sin que “en ningún caso” se les administre compuestos procedentes de harinas o aceite de pescado, ni ningún tipo de aditivos ni medicamentos.

Calidad adecuada


Tras unos meses de engorde, cuando se perciba que la calidad de los ejemplares ya resulta “adecuada”, serán sacrificados en octubre de forma “individualizada”. Se garantiza así su “bienestar”, ya que en situaciones de “sufrimiento” la carne baja de calidad por la aparición de ácido láctico en los músculos. Asimismo, perjudica “al color, la textura y la durabilidad del producto”.

El proyecto registrado por Itsas Balfego, la sociedad que explotará las instalaciones, detalla los ejemplares serán “eviscerados y refrigerados inmediatamente” tras su muerte con el fin de “reducir la temperatura corporal del animal lo antes posible y permitir una adecuada conservación y mantenimiento de la calidad”.

Ejemplar de atún procesado al corte. EFE/Paco Campos


La principal novedad de esta granja de atunes instalada en el Cantábrico, un mar “poco favorable al desarrollo de la acuicultura en general”, será el uso de jaulas sumergibles que a diferencia de las flotantes instaladas en el Mediterráneo permitirán un proceso de inmersión de la instalación con el fin de evitar “los efectos del fuerte oleaje causado por los temporales de mar”.

Sacrificados en octubre

Además, ante la previsión que los últimos meses del otoño y los meses de invierno las malas condiciones marítimas impidan transportar comida desde el puerto a las jaulas para alimentar a los atunes éstos serán sacrificados en octubre, tras haber sido capturados entre junio y julio.

En un primer momento, el proyecto prevé la creación de una docena de puestos de trabajo directos, otros nueve adicionales durante la campaña de pesca y de cinco más durante la fase de sacrificio. EFE