La cocinera catalana Iolanda Bustos, conocida como la Chef de las Flores, cocina un plato de borrajas y caléndulas en el Salón de la Innovación en la Hostelería H&T en Málaga. EFE/Esther Gómez.

El plan de la cocinera Iolanda Bustos: un centro para “escuchar” y probar las flores

Esther Gómez | Málaga (EFE).- Abrir un Centro de Interpretación de las Flores, un lugar donde “probar, escucharlas u olerlas” y que facilite la conexión del visitante con ellas, es el proyecto que ahora ocupa la mente de la cocinera catalana Iolanda Bustos, conocida como la cocinera de las Flores, que espera que la iniciativa vea la luz “en breve”.

Con una importante inversión detrás, el centro se ubicará en el Empordà (Girona) y en él habrá una “granja de flores”, un laboratorio, un área dedicada a la botánica, una sala de experiencias y toda una serie de elementos destinados a explorar la relación que el ser humano tiene con las plantas, explica Bustos en una entrevista con EFE.

Sostiene la cocinera que “la planta crea la flor para llamarnos”, por eso cuando vemos una flor nos despierta emociones y, depende de cómo estés o el color que tenga, “se crea una relación u otra”.

“Al final, las flores desprenden una energía natural para atraer a la fauna y a nosotros nos pasa un poco lo mismo”, precisa.

La esencia de las flores

Cada una de ellas tiene su propia esencia, como las personas, y “todos tenemos una representación botánica, una planta con la que nos identificamos en el mundo vegetal”, afirma Bustos, que cree que esto tiene mucho que ver con los ciclos de la vida.

La pandemia la llevó a tener que dejar su restaurante, La Caléndula, y ahora comparte su pasión por la gastronomía y las flores del campo a través de conferencias y espectáculos de cocina en vivo, como el protagonizado esta semana en el Salón de Innovación en Hostelería H&T de Málaga.

También ejerce como chef privada y formadora, tareas que le permiten potenciar su faceta de “creadora de experiencias” y que la han llevado a adoptar una “vida nómada” y a recorrer el mundo, “algo que es divertido durante un tiempo, pero no para siempre”, precisa.

Confiesa que le gustaría trasladar este modo de hacer a un único lugar, aunque no en formato de restaurante, porque esa etapa, que reconoce que fue una experiencia maravillosa, ya la ha vivido y la da por finalizada. Es aquí donde cobra vida la idea de hacer realidad su ansiado centro de interpretación.

La hija del pastor

Comprometida con la sostenibilidad y el uso de productos naturales en la gastronomía, la cocinera catalana ha hecho de las flores un ingrediente imprescindible en el recetario de su cocina, al que ha dado forma en su libro ‘Cocinar con flores: recetas para conectar con la naturaleza’.

Hija de un pastor y de una cocinera, creció en el Baix Empordà, y en ese entorno y de la mano de sus padres descubrió mucho de lo que hoy sabe de las plantas del campo y de la cocina. Pero con ellos aprendió, sobre todo, a amar y vincular ambos mundos.

“Cocinar con flores es algo que me viene muy de dentro, desde que salía con mi padre y las ovejas”, rememora.

“Es una semilla que estaba ahí desde chiquitita”, añade Bustos, que explica que la curiosidad de aquella niña pequeña, que cuando creció se convirtió en la cocinera que las usaba en sus platos, la llevó a probar tanto estas como muchas otras hierbas que encontraba, igual que lo hacían las ovejas, comenta entre risas.

Cocina floral

Cocinar con flores es para ella algo “normal, del campo, un ingrediente más”, aunque no le había dado mayor importancia a este hecho hasta que después de abrir su propio restaurante le pusieron la etiqueta de La Chef de las Flores.

Sus recetas, con la presencia de este singular pero cada vez más frecuente ingrediente, evocan sensaciones, emociones y recuerdos en quien las prueba.

Le agrada saberlo y recuerda numerosas anécdotas que los clientes de La Caléndula compartieron con ella mientras les preparaba platos con caléndulas, lavanda o rosas. Es la esencia de su cocina y no quiere que se pierda. EFE